TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Incorporar más energía renovable a la matriz energética del país ha resultado oneroso para la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y para sus 1.9 millones de abonados.
Ante esa situación la Comisión Interventora de la ENEE ha presentado una propuesta al Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) para renegociar los contratos.
Hace 20 años comenzó en el país un programa de incentivos fiscales y económicos para promover la instalación de tecnologías limpias.
La estrategia resultó al aumentar la capacidad instalada de las energías renovables de 38.2% en 2010 (32.5% hidráulica y 5.7% biomasa) a 67.2% en 2020 (28.3% hidráulica, 19.8% solar, 9.1% eólica, 8.6% biomasa y 1.4% geotérmica), de acuerdo con un informe proporcionado por el Departamento de Planificación de la ENEE.
Fue en la presente década que se registró un boom en tecnologías limpias como la energía fotovoltaica solar.
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Los incentivos
El cambio de la matriz energética ha sido impulsado por una serie de incentivos aprobados a través de varios decretos.
Entre los beneficios destacan la exoneración del pago de aranceles y gravámenes de importación, así como del impuesto de ventas de equipos, accesorios y repuestos.
También la exoneración del pago del impuesto sobre la renta, aportación solidaria temporal, impuesto al activo neto y todos aquellos conexos a la renta durante 10 años, contados a partir de inicio de operación comercial para los proyectos con capacidad instalada de hasta 50 MW.
Dispensa del pago de impuestos por importación temporal
Las plantas de energía recibirán de la ENEE un contrato por 10 años y una tarifa 10% mayor que el costo marginal de corto plazo. Para las plantas de hasta 50 megavatios, el incremento de 10% en la tarifa se extenderá por 15 años.
En 2013 el Congreso Nacional reformó la Ley de Promoción a la Generación de Energía Eléctrica con Recursos Renovables (Decreto 70-2007) para otorgar un incentivo de tres centavos de dólar a las plantas solares que se instalaran antes del 31 de julio de 2015.
Otro de los beneficios es que en términos de despacho se establece una prioridad para las centrales con base en fuentes renovables.
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Onerosos precios
Expertos consultados por EL HERALDO coinciden en que “los incentivos fiscales y económicos aprobados por el Congreso Nacional volvieron atractivo el desarrollo de nuevos proyectos renovables, pero muchos se han vuelto impagables”.
Agregaron que los costos de la energía de proyectos como los eólicos y los solares están fuera de la capacidad financiera de la estatal eléctrica.
Un documento de la comisión interventora de la ENEE revela que el costo ponderado para las plantas eólicas es de 15.01 centavos de dólar por kilovatio hora y de 14.50 centavos para las solares sin incluir el incentivo de tres centavos de dólar, lo que subiría a 17.50 centavos, los más altos del parque eléctrico nacional, incluidas las plantas térmicas.
Gabriel Perdomo, presidente de la interventora de la ENEE, cuestiona que la generación renovable, especialmente la solar y la eólica, reciba cargo por potencia cuando su producción es intermitente. El año pasado la estatal eléctrica pagó 1,695.2 millones de lempiras por cargo fijo a las renovables.
A lo anterior se agrega el incentivo a 12 plantas solares que entraron en operación antes del 1 de agosto de 2015, lo que representa para la estatal eléctrica una mora acumulada de 2,203 millones de lempiras.
Un informe del Operador del Sistema (Ods) revela que los precios para las plantas térmicas con bunker oscilan entre 5.35 y 7.46 centavos de dólar por kilovatio hora.
Para la generación con diésel el costo del kilovatio hora varía entre 10.1 y 10.3 centavos de dólar.
El año pasado, según cifras de la ENEE, el costo de generación térmica fue de 2.2114 lempiras por kilovatio hora y de 2.5876 para la renovable.
Lo anterior ha impactado en la compra de energía, la que al cierre de 2019 fue de 11,817.6 millones de lempiras para la térmica y 11,642.5 millones para las renovables.
Respecto a 2018, cuando se erogaron 8,739.4 millones de lempiras, la compra a las térmicas fue mayor, sin embargo, la renovable fue superior con 12,500.4 millones.
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Matriz energética
Con los incentivos fiscales y económicos aprobados por el gobierno de Honduras, en las últimas dos décadas comienza el desarrollo de nuevos proyectos renovables.
Un reporte de la ENEE destaca que en esta década la energía limpia cobró auge en el país.
En enero de 2010 la capacidad instalada de energía renovable era de 613.2 megavatios, o sea 38.2% del total. El restante 61.8% eran plantas térmicas con 992.5 megavatios.
Para marzo de 2020, el 67.2% de la matriz energética del país, o sea 1,731 megavatios, procedía de fuentes renovables.
La capacidad instalada de los proyectos renovables públicos y privados se incrementó de 613.2 a 1,117.8 megavatios, o sea 504.6 megas más en la presente década.
Dos tecnologías explican ese fuerte crecimiento: las plantas eólicas con 235 megavatios y las solares con 510.8 megas.
Por su parte, la capacidad de las plantas térmicas se redujo de 992.5 a 844.6 megavatios de energía con bunker, diésel y carbón mineral.
En el periodo 2014-2014, las autoridades de la estatal eléctrica firmaron 185 contratos de energía renovable, con una capacidad instalada de 4,022.8 megavatios, lo que fue cuestionado por el Tribunal Superior de Cuentas (TSC).
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Revisión de contratos
Los onerosos contratos de energía renovable han despertado el interés de varios sectores de la sociedad, quienes han pedido revisar los costos que se pagan en algunas tecnologías.
En octubre de 2018 los sectores público y privado firmaron un acuerdo para reformar el sector eléctrico del país y uno de sus puntos fue la revisión de los contratos de energía.
Miguel Aguilar, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Sitraenee), considera que se deben revisar aquellos contratos leoninos.
Perdomo dijo que hay una propuesta del gobierno al Cohep, con fecha 20 de julio, sobre la estructura de precios y cláusulas, sin que hasta la fecha haya sido respondida.
Los temas principales de la propuesta son los incentivos, indexaciones, pagos no correspondientes a la tecnología (potencia firme en plantas no la brindan), entre otros.
Los cambios propuestos por la interventora contemplan la eliminación del pago de potencia para las tecnologías solar, eólica e hídrica, y de paso el incentivo del 10%, entre otros.
Perdomo sostiene que esas cláusulas no son de mercado ni de buenas prácticas, por ejemplo, pagar cargos por potencia a tecnologías que no dan potencia como la solar y eólica.
Lo anterior permitiría reducir el costo ponderado del kilovatio hora de 15.01 a 6.50 centavos de dólar por kilovatio para las eólicas y de 14.50 a 8 centavos para la solar.
En la biomasa de ingenio de 13.51 a 6 centavos de dólar por kilovatio hora y de 13.51 a 7 centavos para biomasa HGPC.
Yanuario Hernández, comisionado de la interventora de la ENEE, aclaró que la revisión no es para todas las plantas solares sino que para un grupo, sobre todo aquellas que reciben el beneficio sin dar el servicio como potencia firme.
Los interventores explicaron que han sido los generadores renovables los que han expuestos sus argumentos jurídicos del porqué no están de acuerdo con la eliminación de los beneficios e incentivos que reciben.
Agregaron que el primer paso del gobierno es una solución amistosa, de no lograrlo adelantaron que el Estado dispone de varios mecanismos para proteger a la población.
Samuel Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Hondureña de Empresas Renovables (AHER), dice “por qué insiste el gobierno en negociar con los generadores cuando los bancos son los dueños de los proyectos”.
Agrega que “de qué sirve negociar si las pérdidas no técnicas como el hurto de energía y la falta de inversión tienen ahogada a la ENEE”.
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