TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un candado colgando de una puerta de malla metálica daba aviso de que el centro de salud de El Terrero, ubicado en San Buenaventura, Francisco Morazán, estaba cerrado.
El pasado 2 de agosto no hubo consulta. La gente que llegaba miraba el portón de ingreso cerrado y así, sin nada que preguntar, se daban la vuelta y regresaban a sus casas.
“Hace poco vino una señora a buscar a la doctora y no la encontró. Ella se regresó para su casa”, comentó al equipo de EL HERALDO Plus Angélica Montoya, una pobladora del lugar. La hondureña mencionó que la única doctora encargada de esa Unidad de Atención Primaria en Salud (UAPS) en El Terrero tuvo que realizar “unos pendientes a entregar, por eso no vino hoy”.
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Cuando ocurren situaciones así la población prefiere regresar a sus casas y esperar un día a caminar horas o buscar una forma alterna para transportarse hasta otro centro asistencial. En emergencias deben buscar cómo llegar a la capital, pues el personal de la red no hospitalaria es completamente limitado, al punto que si no llegan un día, no hay atención.
De acuerdo con la Secretaría de Salud (Sesal), en Honduras hay apenas 919 médicos trabajando de forma permanente en la red sanitaria no hospitalaria, es decir, en los centros de salud de las áreas urbanas y rurales. A ellos se suman 3,230 enfermeras, ya sean auxiliares o licenciadas.
Esto significa que las atenciones en centros asistenciales primarios son hasta tres veces más limitadas en comparación con los hospitales, pues la tasa de médicos y enfermeras por cada 10,000 habitantes apenas llega a 4.3 (hay cuatro médicos y enfermeras por cada diez mil personas).
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Poco personal
Ingrid López llegó a las 8:00 de la mañana al centro de salud de Ojojona, Francisco Morazán. Fue la última paciente en ser atendida, pero lo que el médico no sabía es que recorrió casi una hora en bus para entrar a consulta.
“A veces hay bastantes personas, por eso no atienden rápido”, dijo la hondureña, quien llevaba prácticamente medio día en ese centro asistencial.
El equipo de EL HERALDO Plus recorrió varios centros de salud de Francisco Morazán, donde los problemas eran los mismos: falta de personal y muchos pacientes, pero también hay un súplica constante de que en esos lugares se amplíe la atención con médicos especialistas.
“Sería bueno una psicóloga aquí, también una ginecóloga... Aquí atiende el médico general y a veces vienen brigadas para hacer citologías”, contó Eli Andino, una joven que esperaba ser atendida por la única odontóloga del centro de salud de San Buenaventura, ubicado cerca del parque central.
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En San Buenaventura hay tres establecimientos de salud, pero la mayoría solo cuenta con un médico o, en su caso, una enfermera, por eso los pacientes deben llegar temprano para ocupar uno de los limitados cupos para ser atendidos.
Norma Martínez tuvo que madrugar para llegar al centro de salud de Santa Ana y lograr ser atendida por la única doctora que daba consulta.
“Cuando solo está la doctora se tarda en atención de la consulta... Tienen un horario de apuntar hasta las 9:00 de la mañana y uno sabe que tiene que mañanear, de allí no atienden”, comentó la señora de 58 años.
Esta situación es prácticamente normal en todos los centros de atención no hospitalaria de Francisco Morazán, ya que según cifras de la Sesal, analizadas por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, en este departamento la tasa de médicos y enfermeras por cada 10,000 habitantes es de 5.3.
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En Cortés, por su parte, hay 294 médicos y enfermeras, pero si dividimos esta cifra entre la cantidad de habitantes (1,852,772) y la multiplicamos por 10,000, la tasa es de 1.6, es decir, entre uno y dos médicos por cada diez mil personas. En la sultana del sur, Choluteca, la tasa por cada 10,000 hondureños es de 7.5, pero esto se debe a la densidad poblacional. Lo mismo ocurre en Gracias a Dios, donde el promedio de galenos y enfermeras en centros no hospitalarios es de 15.3.
Estas cifras no muestran un panorama amplio por la cantidad de población, pero quienes ven la verdadera situación son los pacientes que visitan los centros de salud y los médicos que atienden hasta a 70 personas por día.
La doctora Carmen Méndez es una de ellas, pues entre los 20 pacientes que recibe diariamente, los trámites administrativos que realiza y sus visitas al centro de salud Montaña de Isopo “tengo que hacer el trabajo de cuatro médicos”, lamentó.
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