Estudiantes no recibirán 200 días de clases: escuelas y colegios han perdido un mes
Los estudiantes del sector público tendrían que haber recibido 166 días de clase, pero solo suman 135. Sociedad civil dice que esto afectará el desarrollo de los educandos, mientras Educación analiza ampliar el año escolar
En promedio, las escuelas y colegios del país solo han recibido 135 días de clases. El año lectivo culmina el próximo 30 de noviembre.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El centro educativo rural Rosa Soriano, en El Guayabo, San José, Choluteca, estaba cerrado cuando el equipo de EL HERALDO Plus lo visitó a mediados de agosto de 2023.
Afuera, bacheando la polvorienta calle que une a ese municipio con Reitoca, en Francisco Morazán, estaban dos de sus estudiantes. Eran dos hermanos que tiraban tierra en los baches de la calle para pedir dinero a los conductores que transitaban por la zona.
“La profe no vino, creo que está enferma”, contestó uno de los niños cuando la periodista le preguntó si iban a clases.
El centro educativo, que consta de apenas un aula, pierde clases cada vez que la maestra no puede ir o, según el calendario, cuando hay feriados programados.
Esta es una de las causas para los que estudiantes hayan perdido 31 días de clases del año lectivo 2023 (un mes completo), aunque no es la más constante.
De acuerdo con un estudio realizado por Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), en el país se tendrían que haber impartido 166 días de clases (hasta el 13 de octubre de 2023), pero apenas se contabilizan 135.
“Llevan 31 días perdidos. Cada día perdido vale unos 200 millones de lempiras”, lamentó Dennis Cáceres, experto en educación de la ASJ.
Causas
Las clases en los centros educativos públicos de prebásica, básica y media estaban programadas para iniciar el 1 de febrero de 2023.
La presidenta Xiomara Castro, junto con las autoridades de la Secretaría de Educación, inauguraron el año lectivo el pasado 31 de enero de 2023 en el departamento de Gracias a Dios.
“Me siento satisfecha por inaugurar el año escolar 2023 en estas zonas aisladas”, mencionó Castro en su discurso.
Lastimosamente, las clases iniciaron a medias, pues “más de 20 días de clases se perdieron en febrero porque iniciaron tarde, después algunos días de clases se perdieron por feriado, pero esos incluso ni los restamos”, condenó Cáceres.
El experto se refirió al estudio realizada por ASJ en 2,084 centros educativos del país en más de 200 municipios de los 18 departamentos, donde se evidenció que en promedio los estudiantes solo reciben cuatro días de clases a la semana.
Este promedio es mayor en comparación con el año anterior, pues ASJ contabilizó solo 97 días de clases presenciales recibidos por los educandos. “Quiere decir que la Secretaría de Educación ha mejorado”, reconoció.
“La Secretaría de Educación también ha recuperado parte de la matrícula, por lo menos 150 mil estudiantes más los recuperó, sin embargo faltan 150 mil. Es una de las secretarías que también mejoró en la ejecución presupuestaria”, señaló.
Pese a eso, Cáceres cuestionó que los estudiantes siguen con bajo rendimiento en español y matemáticas, lo que relacionó -en muchos casos- con la falta de clases.
“Para llegar a calidad educativa tiene que pasar por cantidad de días. No entiendo a veces a los funcionarios públicos diciendo que el tiempo no importa, eso no es posible, cualquier deporte, cualquier oficio que usted quiera aprender necesita invertir tiempo para poder lograr la meta”, expuso.
Advirtió que los niños no mejorarán en español y matemáticas si no se dedican los 200 días de clase, porque al multiplicarlo los cinco días de la semana significan 1,000 horas de clases. “Primero es el tiempo de clases y luego la calidad educativa, no a la inversa”, recomendó.
Cáceres también recordó que el presupuesto de Educación es de 40 mil millones al año para 200 días de clases, lo que significa que cada día se invierten unos 200 millones de lempiras en salarios de profesores, infraestructura y hasta materiales educativos.
Esto significa que al multiplicar esos 200 millones entre los 31 días de clases perdidos, también hay unos 6,2000 millones de lempiras que no se invierten de forma correcta.
¿Qué dice Educación?
EL HERALDO Plus intentó dialogar con el ministro de Educación, Daniel Sponda, para saber qué medidas se tomarán desde esa institución para garantizar los 200 días de clase, pero no respondió las llamadas.
En julio de 2023, Educación compartió un comunicado informando que los departamentos en los que se ampliaría el año escolar eran Gracias a Dios e Islas de la Bahía.
“Considerando que el objetivo general para esta secretaría de Estado es fomentar la educación, instruyo a directores departamentales de educación de Islas de la Bahía y Gracias a Dios extender el año lectivo hasta el 15 de diciembre del año 2023, con el propósito de continuar con el proceso de aprendizaje”, menciona parte del documento.
En agosto de este año, el funcionario fue abordado por el mismo tema, a lo que respondió que extenderían el año lectivo en otros departamentos, sin dar detalles de las fechas. Según el calendario de Educación, las clases tendrían que culminar el 30 de noviembre.
En la entrevista, Sponda cuestionó la encuesta levantada por ASJ sobre los días de clases perdidos. Dijo que han suspendido algunos días feriados y que están llevando merienda escolar a los centros.
Recalcó la importancia de los 200 días de clases, pero dejó ver que no era primordial porque el que los estudiantes vayan a las aulas de clase está -también- relacionado con otros factores.
“Podemos tener todos los días de clases, pero si esos niños no comen, no van a aprender, tampoco lo harán si no tienen textos”, respondió.
El experto en educación, Johnny Varela, discrepó con Sponda, ya que advirtió que perder un mes de clases puede significar un retraso en el desempeño académico de los estudiantes, brechas en sus conocimientos, limitación en sus oportunidades de socialización y disminución en la motivación al estudio, no solo para los educandos sino para sus padres.
“La duración de 200 días del año escolar en Honduras se establece para garantizar el cumplimiento de los requisitos mínimos de aprendizaje y tiempo en el aula, lo que resulta esencial para asegurar que los estudiantes tengan la oportunidad de adquirir los conocimientos y habilidades necesario”, recordó.
Añadió que en un contexto global, y cada vez más competitivo, es esencial que los estudiantes reciban una educación sólida y completa para competir eficazmente en el mercado laboral, pero con los días de clases perdidos se puede dejar a los estudiantes en desventaja en comparación con aquellos que han tenido una educación más completa (centros educativos privados, por ejemplo).
Dijo que cada nivel educativo tiene un impacto diferenciado al perder un mes de clases, pues en preescolar y básica luego no alcanzan el progreso necesario de los siguientes niveles académicos.
En el caso de secundaria “puede afectar las calificaciones, la preparación para exámenes universitarios y las perspectivas académicas y profesionales”.
“Es importante notar que el impacto no es uniforme, ya que los estudiantes con acceso a recursos adicionales, como tutores privados o tecnología educativa, pueden tener una ventaja para superar la falta de clases en comparación con aquellos que carecen de estos recursos. Además, el impacto puede variar según la materia, siendo especialmente perjudicial en áreas como matemáticas o ciencias, donde los conceptos a menudo se construyen de manera progresiva”, señaló.
Ante esto, recomendó a Educación ofrecer clases complementarias, programas de aprendizaje durante vacaciones y extender el calendario académico.
También instó a utilizar recursos tecnológicos y plataformas en línea para fortalecer sus conocimientos, así como reevaluar el plan de estudios y ofrecer formación adicional a los docentes para que sepan cómo abordar eficazmente la recuperación del aprendizaje de los estudiantes y adaptarse a las necesidades individuales de cada niño.