El apóstol de las cárceles: “Después de ser un gánster, ahora soy un pastor de multitudes”

El Ministerio Pasión por las Almas liderado por el exintegrante de la pandilla 18 y ahora apóstol, Carlos Cerrato, abrió sus puertas a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus para mostrar cómo llevan la palabra de Dios desde las casas hasta las cárceles.

Carlos Cerrato, apóstol del Ministerio Pasión por las Almas, conversó con la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.

mar 25 de abril de 2023 a las 0:0

3:53 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Dios me dio una palabra años atrás que yo iba a ser el mediador entre la pandilla 18 y la MS y lo está cumpliendo”, aseguró Carlos Cerrato (48), exintegrante del Barrio 18 y desde hace más de 14 años pastor del Ministerio Pasión por las Almas.

Con la Biblia en la mano y su abdomen tatuado con un “XVIII”, Cerrato recibió a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus en su sede principal en la colonia San Francisco, de la capital, para hablar de su labor en la comunidad y con los pandilleros en las cárceles de Honduras.

Con 16 iglesias distribuidas a lo largo y ancho del país y un rebaño de más de 1,500 personas, Cerrato le brinda la honra a Dios en cada una de sus palabras: “Después de ser un gánster ahora soy un pastor de multitudes”.

El éxito en el crecimiento de su congregación lo aduce a la decisión de no discriminar a ninguna persona, lo que le ha permitido ser un visitante constante en todas las cárceles de Honduras, logrando llevar la palabra de Dios a los integrantes de la pandilla 18 y MS-13 simultáneamente.

La relación con los reos no debe confundirse, pues “nosotros no somos una iglesia de mareros, nosotros somos una iglesia de matrimonios, de familia, claro, pero nosotros somos una iglesia que hemos entendido que Cristo no solo murió por equis persona, Cristo murió por todos los pecadores, entonces de repente muchas veces las iglesias calificamos ovejas, nosotros no”.

$!El apóstol Cerrato conversó sobre sus aspiraciones, incluso desea que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, lo reciba en algún momento.

Pandillero en Estados Unidos

Carlos Cerrato (48) fue uno de los primeros hondureños “brincados” (iniciado en una de estas organizaciones) en Estados Unidos, específicamente en Los Ángeles, California, por los organizadores de la pandilla 18.

Cerrato llegó a Estados Unidos entre finales de los años 80 e inicios de los 90 al país norteamericano sin un propósito claro de vida que lo hizo caer rápidamente en el mundo criminal.

“Ya me había ido varias veces, pero la última vez caí preso por 17 asaltos a mano armada, me llevaron a la cárcel en Nueva York”, dijo.

Cerrato reconoció que llegar a Estados Unidos le abrió los ojos a un mundo que no estaba preparado, “ venir de un hogar disfuncional, donde no han habido valores de Dios, de repente usted viene de una vida pobre y usted llega un país que hay dinero, que hay joyas, que hay todo eso, ¿me entiende?, y escoge el mal camino”.

El apóstol recordó que haber llegado a Los Ángeles, cuna de la pandilla 18, lo hizo rápidamente involucrarse y tomarle cariño.

”Uno pues alucina las jainas (mujeres), la droga, los partys (fiestas) y todo eso, entra en uno el enemigo, si vos querés ser alguien necesitás poder, entonces es el poder de las tinieblas, yo pues quería ser reconocido y fue cuando me fui metiendo, ya cuando acordé ya estaba metido”, reconoció.

Cerrato fue “brincado” oficialmente en la pandilla estando preso en su primer año. Como la tradición lo dicta, soportó 18 segundos una golpiza de tres tipos -ya murieron- sin defenderse, posteriormente decidió tatuarse ese número.

$!El expandillero lleva ya 14 años como responsable del Ministerio Pasión por las Almas.

Dios en su vida

En una cárcel de Nueva York, el expandillero conoció a Dios y comenzó su nueva vida alejado de la maldad.

”Me mandaron para el calabozo a la celda número 20, ahí Jesucristo se me presentó en una visión, a mí me ganó Jesús, lo vi, Él entró a mi celda, yo estaba como entre dormido y despierto y se me presentó él”, recordó.

A partir de ese momento. la vida de Cerrato cambió, años después logró su libertad, regresó a Honduras directamente a congregarse a una iglesia y en 2008 Dios le reveló que debía formar su propio ministerio.

“Cuando yo vine acá, bueno, mi familia como que tuvo miedo, claro, yo andaba tatuado y me decían que no andaba con Cristo, pasé siete años como participante en una iglesia y en 2008 Dios me dijo comienza tu ministerio”.

Con un pasado como pandillero, uno de los primeros propósitos de Cerrato, cuenta en la entrevista, fue buscar almas para Dios en todos los lugares, incluso en las cárceles donde no todos los cristianos se atreven a entrar.

Entre sus primeras experiencias, el apóstol recordó que en (la Penitenciaría de) Támara primero no ingresaba al modulo de la MS, pero después de mucha “oración, me llamaron y me preguntaron que por qué no entraba e incluso casé a uno de sus líderes, desde ahí me comenzaron a recibir”.

En referencia a la pandilla 18 y el trato que tenía con los integrantes que se entregaban a Dios, el apóstol es testigo de cambios, “cometieron muchos errores, al principio mataron muchos hombres de Dios y eso le estaba dando consecuencias”.

Su ímpetu en llevar la palabra de Dios a todos los lugares ha ocasionado que el Ministerio Pasión por las Almas tenga presencia en 20 cárceles a nivel nacional.

Producto de estas intervenciones, con orgullo Cerrato comentó que muchos de sus líderes e integrantes son exmiembros de las agrupaciones delictivas, principalmente de la pandilla 18 y la Mara Salvatrucha (MS-13).

”Yo invito a las personas, pandilleros, que deseen cambiar sus vidas, toda personas que desee acercarse a Dios puede escribirme al 3371-7526, este ministerio está para apoyarlos”.

Cerrato no dejó de lado la situación que se vive en el vecino país de El Salvador, con las decisiones del presidente Nayib Bukele, “desearía que me recibiera, porque sus decisiones les doy 50 y 50, falta Dios y no puede faltar Dios, si Dios no está en un lugar va a fracasar”.

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