TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las reformas a la Ley del Instituto Nacional de Previsión Magisterial (Inprema) están causando división entre los docentes, por un lado, están quienes apoyan a la dirigencia y a favor de los cambios en la normativa vigente, y por otro los que se oponen y consideran las reformas un “maquillaje” para beneficiar a un pequeño sector de los profesores.
La situación mantiene polarizado al sector magisterial, a tal punto que los que se oponen a los cambios de la ley llevan cuatro días en protesta y toma de las instalaciones del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (Colprosumah) en la capital.
Entre las exigencias que tienen, está una jubilación justa y digna para sus compañeros docentes. Aunque las reformas establecen varios cambios en la actual ley, son dos los puntos que están causando polémica en el sector; se trata de los años de jubilación de los maestros, así como el tema de los beneficiarios, indicó Gian Carlos Yánez, presidente de la seccional uno del Colprosumah.
Con la Ley actual, la edad para que un docente se jubile es de 60 años, con 30 años de servicio; sin embargo, con las reformas que actualmente está siendo analizadas en la Secretaría de Finanzas y la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) para su posterior envío al Poder Ejecutivo, se establece que la nueva edad para que un profesor se jubile sea de 55 años con 20 años de servicio.
Yánez señaló que jubilarse a esa edad solo garantiza entre el 75% y 80% del beneficio que el docente fue acumulando durante sus años de servicio.
“Estas reformas nos llevan a jubilarnos a los 55 años con la jubilación opcional y a los 59 años con la jubilación obligatoria recibiendo un bono de 400 mil lempiras, pero para poder recibir el 90% del salario lastimosamente un docente tiene que jubilarse hasta los 64 años; al final es una trampa que le quieren poner al docente para engatusarlo, pero que sabemos nosotros que no es una ley que realmente beneficie a los compañeros”, detalló.
Otro de los puntos que están en contra es el tema de los beneficiarios, que según el dirigente solo podrán ser beneficiarios los hijos de los docentes menores de edad y los que tengan alguna discapacidad. “O sea que, si un docente se muere, los años cotizados se pierden y prácticamente sus hijos quedarían en la calle”.
El profesor expresó que más del 85% de las bases del magisterio están en contra de la reforma; aseguró que la dirigencia magisterial está acoplada a los intereses del ministro de Educación Daniel Sponda y del diputado Edgardo Casaña, que lo que buscan con las reformas es beneficiarse.
Además de oponerse a los cambios en la normativa, los docentes también exigen mejoras salariales, transparencia en los concursos docentes, asimismo, denunciaron la intención de algunos directivos del Colprosumah de perpetuarse en sus cargos.
Advirtieron que continuarán con las protestas sino les cumplen con las exigencias.
No obstante, los dirigentes magisteriales opinan lo contrario. Gerardo Solano, quien representa al Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (Coprumh) en la Asamblea de Participantes y Aportantes (APA) del Inprema, indicó que los que se oponen es apenas un 1% de todo el gremio.
Agrega que las protestas de ese grupo de maestros más allá de la oposición a las reformas son por intereses políticos, pues lo que buscan es un espacio en la directiva del Colprosumah.
Por su parte, las autoridades del Inprema indicaron que las reformas a la ley son necesarias para la sostenibilidad del instituto por al menos 40 años más.
“La sostenibilidad actual del Inprema es hasta el 2042 y al 2030 se estaría entrando al primer punto crítico, por eso es que las reformas se deben hacer en este momento, sino se hacen entraríamos en un default”, indicó Héctor Díaz, comisionado presidente del instituto.
Explicó que con la reforma el déficit actuarial mejoraría por que se están revisando los aportes de los patronos y de los docentes, es decir, aportarían más al sistema, “eso haría que los ingresos aumentarán y además permitiría que se mejoren procesos administrativos que tiene el instituto para buscar una rentabilidad”.
Actualmente, la tasa de aporte de los docentes es de 9.55% y con la reforma se llevaría al 10%, mientras el patrono aportaría el doble, es decir, un 20%. “Hasta ahora, nosotros les hemos socializado la reforma a los profesores y no han mostrado desacuerdo, porque claramente el patrono se vuelve a la lógica original que debe aportar el doble de lo que aporta el profesor”.
A pesar de la oposición de algunos maestros a la reforma, el proceso para enviar el borrador al Poder Ejecutivo continúa, por lo que las autoridades y la dirigencia estiman que antes que finalice agosto será enviando al Congreso Nacional.