El nebuloso mundo de la evasión fiscal y los paraísos fiscales ha sido expuesto con el llamado escándalo de los “Papeles de Panamá”.
La divulgación de informes de clientes de la firma panameña de abogados Mossack Fonseca expone el millonario negocio de las operaciones fuera de plaza (offshore).
Es una sociedad que se constituye en un país diferente al país en el que desarrolla sus actividades.
Son operaciones legales e incluso en Honduras están reguladas por la Ley del Sistema Financiero y el Reglamento para Grupos Financieros.
Sin embargo, la regulación internacional ha llevado a la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) a aplicar prohibiciones a estas operaciones y por eso no aparece en los listados internacionales.
Pero el mercado es tan lucrativo que, según el Banco Mundial, el FMI, la ONU y los bancos centrales, las operaciones offshore “esconden” entre 21 y 32 billones de dólares (21,000 y 32,000 millones de dólares) mediante bufetes de abogados en pequeños países del Caribe, pero también la panameña Mossack Fonseca no está sola en este negocio.
Firmas europeas como la internacional Roshchield, Trident Trust Co. Cisa Trust Co., entre otras, son los gigantes del mercado.
Nevada, el nuevo paraíso fiscal
Los cuestionamientos a las operaciones en Panamá le abren el camino a los Estados Unidos para liderar el mercado.
Aunque el país norteamericano aplica duras sanciones a países que manejan cuentas de dudosa procedencia, sí permite las operaciones offshore en su territorio.
Incluso la firma Mossack Fonseca tiene oficinas en el estado de Nevada, en EE UU.
En Nevada, los archivos filtrados muestran que empleados de Mossack Fonseca trabajaron a finales de 2014 para ocultar los vínculos entre la sucursal de la firma de abogados en Las Vegas y su sede en Panamá, a la espera de una orden judicial de Estados Unidos que le exigía entregar información de 123 empresas constituidas por el bufete de abogados.
Además de Nevada hay otros estados como Wyoming y Dakota del Sur con este tipo de oficinas.
Y es que para la mayoría de los estadounidenses, el concepto de paraíso fiscal offshore ya no tiene sentido con la aprobación de la ley FATCA, que hace imposible llevar el dinero sucio estadounidense al exterior.
Un ejemplo de ello es la firma con sede en Ginebra, Cisa Trust Co. SA, que asesora a los latinoamericanos ricos, que está a punto de abrir oficinas en Pierre, Dakota del Sur, para “atender las necesidades de nuestros clientes extranjeros”, según declaró John J. Ryan Jr., presidente de Cisa.
Trident Trust Co., uno de los mayores proveedores del mundo de fideicomisos offshore, trasladó docenas de cuentas fuera de Suiza, Gran Caimán y otros paraísos fiscales hacia Sioux Falls, Dakota del Sur, en diciembre.
La Casa Rothschild, la centenaria institución financiera europea, ha abierto una empresa de confianza en Reno, Nevada, a pocas cuadras de los casino Harrah y Eldorado.
Ahora Rothschild está moviendo la fortuna de clientes extranjeros ricos desde paraísos fiscales como las Bermudas, sujetos a las nuevas exigencias internacionales de divulgación, a fideicomisos administrados por Rothschild en Nevada, que están exentos de todos esos controles.
Casi 100 países, entre los que no se encuentra EE UU, firmaron los acuerdos sobre el intercambio de información de cuentas financieras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Secreto bancarioCada vez más bancos suizos y de otros países están trasladando las fortunas de sus clientes a EE UU, que no ha firmado los estándares bancarios internacionales.
“Mucho de ello es legal y ese es precisamente el problema”. Así reaccionó el presidente de EE UU, Barack Obama, al escándalo por la filtración de los llamados “Panamá Papers”.
“Hay un doble rasero. Muchos de los países desarrollados alojan o apoyan jurisdicciones en las que el secreto o la falta de transparencia es grande”, opina Alex Cobham, de Tax Justice, una red internacional para la justicia fiscal con sede en Londres.
El más reciente ranking de Tax Justice sobre los países con más secreto financiero en el mundo ubica a Estados Unidos en el tercer lugar.
Para elaborar su clasificación, Tax Justice creó un sistema de puntaje de 0 a 100.
Este refleja la cantidad y calidad de las leyes o regulaciones que favorecen la reserva en las transacciones financieras por parte de individuos o compañías, además de la participación de cada nación en las exportaciones financieras a nivel global (dato obtenido de fuentes oficiales).
Es decir que el ranking mide el grado de secreto, pero también la escala de las operaciones.
Ranking
“Por eso países como Alemania figuran arriba en el ranking”, apunta Cobham. “Si no, siempre hablaríamos de lugares pequeños como las Islas Vírgenes”.
Según Tax Justice, entre las diez primeras naciones de la lista figuran varios países desarrollados (algunos de ellos fervientes opositores a los paraísos fiscales).
Suiza (1), con 73 puntos, encabeza la clasificación con su tradicional y casi inviolable secreto bancario, si bien recientemente –bajo presión internacional– ha hecho algunas concesiones al identificar titulares de cuentas en medio de investigaciones internacionales sobre evasión fiscal.
Con 72 unidades, Hong Kong (2), excolonia británica y hoy región administrativa especial de China, sigue de cerca a los suizos en la clasificación.
Hong Kong, por ejemplo, sigue permitiendo las llamadas acciones al portador, que facilitan el movimiento de fondos sin que se conozca quién es dueño del dinero.
EE UU (3) se ubica en podio del ranking, algo que puede sorprender a muchos.
“Nos inquieta este país y por varias razones”, le comenta Cobham.
“Estados como Delaware, Wyoming, Nevada y Arizona tienen regulaciones que favorecen el secreto financiero y, por el carácter federal de EE UU, han logrado resistirse a las reformas impulsadas por el presidente Obama”.
Estos distritos aseguran que no hacen nada ilegal, pero las dudas persisten. De hecho, hay quienes se preguntan si el hecho de que los “Panamá Papers” nombren a muy pocos estadounidenses no se debe a que los ricos y poderosos de EE UU no necesitan irse del país para esconder activos.
En la nómina de Tax Justice siguen Singapur (4), con 69 puntos, y uno de los sospechosos de siempre, Islas Caimán (5), con 65. Líbano (7), con 79 puntos, representa a Medio Oriente en la lista, al igual que Bahréin (9), con 74. Llama la atención la incorporación de Alemania (8), con 56 puntos. Panamá, que está en el centro de la controversia, ocupa el puesto 13.
Los números5 firmas. Mossack Fonseca es considerada una de las cinco mayores firmas “mayoristas” del mundo de secretos offshore.
$42 millones. En 2013 la firma panameña tuvo una facturación de más de 42 millones de dólares. Tiene oficinas en 40 países y más de 500 empleados.
11.5 millones. Es el número de documentos del bufete de abogados panameño Mossack Fonseca, conocidos como los “Papeles de Panamá”.