Las marcadas diferencias entre el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, y la Corte Suprema de Justicia (CSJ) habrían originado el zarpazo asestado contra el Poder Judicial.
Desde que la Corte declaró inconstitucional en febrero pasado un decreto que imponía una tasa del uno por ciento a las empresas constituidas en el país, se inició una serie de ataques del Ejecutivo en contra del Poder Judicial.
Este decreto autorizaba el cobro retroactivo del 1% a las utilidades netas de las empresas, pero se estableció que la ley violentaba cinco preceptos constitucionales, especialmente el que la ley no tiene efecto retroactivo.
Tras la medida, el Presidente anunció un recorte al presupuesto del Poder Judicial al señalar que ya se habían presupuestado los recursos que obtendría el Estado mediante esta iniciativa, cuya cifra estimó en más de 1,500 millones de lempiras.
Lobo arreció los ataques cuando el pleno de magistrados de la Corte Suprema de Justicia resolvió días después declarar inconstitucional la Ley Marco de las Iglesias Evangélicas por ser excluyente.
En aquella fecha Lobo anunció la conformación de una comisión de juristas expertos en derecho constitucional para revisar si los fallos de la Corte estaban basados en Ley.
El Presidente sostuvo que en Honduras el único poder que no tiene a nadie encima es el Poder Judicial y mencionó que en sus recomendaciones la Comisión de la Verdad propuso la creación de una corte constitucional para vigilar las actuaciones de la Corte.
En octubre pasado, el presidente de la República volvió arremeter contra el Poder Judicial luego de que este poder del Estado declaró inconstitucional el decreto mediante el cual se creaban las Regiones Especiales de Desarrollo (RED), más conocidas como ciudades modelo.
“Es lamentable. Los magistrados le hacen un gran daño al país”, dijo el gobernante tras el fallo de la Corte, que estableció que el decreto vulneraba preceptos constitucionales como la soberanía, el territorio y la forma de gobierno.
En las últimas semanas Lobo desató su ira contra la Corte luego de que la Sala Constitucional declarara inconstitucional (el 27 de noviembre) la Ley Especial para la Depuración Policial, aprobada por seis meses hasta el 25 de noviembre.
En Consejo de Ministros de la semana anterior el mandatario dijo en público los nombres de los cuatro magistrados de la Sala Constitucional que votaron en contra de la depuración policial y se preguntó: “¿De qué lado están, del lado de los delincuentes o del lado de la gente honrada de este país...? ¿Del lado de quién están, de los victimarios o de las víctimas? Le digo, me da decepción (hubo silencio mientras hacía un gesto de desaprobación y pegó el puño en la mesa), se los digo sinceramente”.
El pasado viernes volvió a cuestionar a los magistrados de la Sala Constitucional tras participar en un acto en la Academia Militar General Francisco Morazán y esta vez acusó a EL HERALDO y La Prensa de conspirar en su contra por canalizar reacciones de magistrados, jueces y de la iglesia que exigieron respeto a la independencia de poderes.
Lobo mostró su descontento por los titulares de ambos medios de comunicación y el pasado lunes pidió a la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Ana Pineda, revisar el papel de los medios de comunicación.
“Mire Anita (Pineda), no le tenga miedo a esto, eso tienen que revisarlo, tienen que revisar ustedes si el medio de comunicación es realmente para cumplir con su función de defender y de mejorar el ambiente para el crecimiento espiritual de la persona, de informarle con imparcialidad, o es para defender un derecho económico”, dijo.
Durante la noche del martes y madrugada de ayer el presidente de la República también jugó su papel en el golpe técnico que propinó la aplanadora nacionalista confabulada con otros partidos contra el Poder Judicial. Lobo protagonizó intensos cabildeos con diversos actores antes del zarpazo al Poder Judicial. Mientras el Congreso se aprestaba a destituir a cuatro de los cinco magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, el mandatario sostuvo reuniones en su residencia de El Chimbo con el titular del Legislativo, Juan Orlando Hernández, y con la junta de comandantes de las Fuerzas Armadas.
Trascendió que el gobernante también sostuvo acercamientos con el presidente del Poder Judicial, Jorge Rivera, pero este extremo no fue confirmado. La mañana del miércoles ayer el gobernante se volvió a reunir con la Junta de Comandantes y toda la cúpula de las Fuerzas Armadas en Casa Presidencial, donde hubo mariachis, regalos y hasta sesiones fotográficas en las gradas del palacio ejecutivo.