Honduras

La Mosquitia, única y misteriosa

Su belleza no la exime de ser una región excluida socialmente, no solo por su ubicación geográfica, sino también por la ineptitud de las autoridades gubernamentales.

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07.04.2014

Su belleza y riqueza es envidiable, pero su pobreza es chocante. Así es La Mosquitia, única, misteriosa, abandonada.

Rodeada por montañas indomables y por un mar inquieto e imponente, esta región está llena de contrastes.

A pesar de ser privilegiada por la naturaleza, lastimosamente sus pueblos a lo largo de los seis municipios -Puerto Lempira, Ahúas, Juan Francisco Bulnes, Villeda Morales, Brus Laguna y Wampusirpi- son mundos sin gobernanza.

Proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) establecen que Gracias a Dios en el 2013 tendrá 96 mil habitantes.

Un 88 por ciento son misquitos, una población que a través del tiempo ha sido excluida socialmente, no solo por el factor geográfico, sino también por el abandono gubernamental.

Aquí la gente está consciente de que en una sociedad donde la presencia estatal es débil, entonces imperan los más fuertes, o los que están armados.

Esto está llevando a que la comunidades misquita, poco a poco estén perdiendo el control de sus recursos naturales, aumentando con ello el marginamiento y la miseria.

Como la pobreza
no se puede privatizar, los ojos del gobierno no alcanzan esta zona, a la cual solo puede accederse por avión o por mar.

Hasta cierto punto, dicen los pobladores, la falta de carreteras ha protegido a estas comunidades, pero por otro lado la incomunicación las ha convertido en santuarios para los practicantes de actividades ilegales.

En un departamento donde prevalece la adversidad, hasta los planes del gobierno aquí son contradictorios.

Tienen contemplado convertir a los buzos en artesanos, pero aquí no hay turistas, entonces ¿quién va comprar las artesanías?

Tienen en lista proyectos para convertir los pescadores en agricultores, pero los pescadores no tienen tierra.

Así -con estas y otras promesas de los políticos- transcurre la vida de los misquitos, a quienes el Creador los ubicó en un paraíso natural.

EL HERALDO intentó conocer la versión de las autoridades de este municipio para saber cuáles son sus planes para mejorar las condiciones de vida de las personas que las eligieron, pero resultó imposible.