TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Estar confinados en casa o lo que se conoce como cuarentena por el Covid-19 no es para vivir atemorizados, sin hacer algo productivo o que no abone al bienestar personal o familiar.
Contrario a eso, este debe ser un tiempo de aprovechamiento al interno del hogar sin olvidar las medidas de prevención de esta enfermedad. “Este virus nos afecta físicamente poniendo en peligro nuestra salud y vida, pero también nos afecta emocionalmente; ahora el miedo es mucho más fuerte porque ya estamos viendo los efectos del coronavirus aquí”, manifestó a EL HERALDO el psiquiatra Javier Uclés.
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Detalló que hay dos clases de miedo, el normal es que las personas se alarman y toman las precauciones del caso, pero hay otros casos en que la gente pierde el control, empleando la violencia, convirtiéndose esto en pánico.
“El miedo hace que la gente se debilite, todos en Honduras estamos afectados anímica, emocional o psicológicamente, unos más que otros”, apuntó el profesional de la psiquiatría.
Aseguró que hay formas de canalizar ese miedo -que se puede convertir en ansiedad-, manteniendo las acciones para evitar contagios por coronavirus.
“Distanciémonos de la calle, pero hagamos un acercamiento familiar adentro de la casa, donde no se tiene que aislar o ponerse a pelear”, recomendó Uclés a este rotativo.
Destacó que hay confinamientos positivos y otros negativos durante este tipo de crisis sanitarias.
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“Hay que buscar qué hacer en la casa y puede ser con actividades de entretenimiento y otras cosas a nivel de crecimiento que implica que mejoran las cosas en familia, que se entienden mejor”, planteó el expresidente de la Sociedad de Psiquiatría en Honduras.
Agregó que “con esto nos estamos protegiendo emocionalmente, no caemos en el pánico, estrés, el llanto, ideas de suicidio, en los temores que ya nos vamos a morir, sino que es estabilidad, tranquilidad, equilibrio, más armonía y paz”.
Las peleas intrafamiliares, violencia o el consumo de alcohol caracterizan a esa cuarentena negativa-destructiva que afecta a ciertos hogares de la nación, insistió.
Mencionó que “tiene que haber solidaridad entre las familias y hasta con los vecinos porque necesitamos tener fe y esperanza para sentirnos mejor, poder destinar tiempo para orar o rezar”. Aquellas personas que practican una religión y creen en Dios tienen una mejor salud mental así como mayor estabilidad, lo que les permite estar más equilibrados en familia, sostuvo Uclés.
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Lamentó que “esta pandemia ha tenido muchos errores, se ha mal manejado y la parte emocional no se ha atendido en el país”.
