Estelí, Nicaragua
Los muros de la combativa ciudad de Estelí, Nicaragua, están sitiados por coloridos murales.
Decenas de artistas nacionales y extranjeros han pintado estos días la historia de la Revolución Nicaragüense, que en 1979 derrocó la dictadura somocista, en cientos de murales.
Arte e historia
Según una publicación de la AFP, en esta ciudad, ubicada 150 km al norte de la capital, la entonces guerrilla sandinista, ahora en el poder, protagonizó el primer estallido insurreccional. Lo que siguió fue una violenta represalia de la dictadura que terminó con el bombardeo y destrucción de buena parte de la ciudad.
Hoy, sus paredes atesoran pasajes de esa guerra y de la posterior defensa de la revolución, así como los deseos de sus habitantes de vivir en paz, trabajar y cuidar el medio ambiente.
Entre esos vestigios y ya un poco descolorido por el tiempo, está el icónico cuadro de jóvenes combatientes enfrentándose al ejército de la dictadura desde una barricada. Este cuadro, decora la entrada a la Casa de Cultura de Estelí.
Y es que no se trata de revolución, es rescatar la historia de un país para trasladársela a las presentes y futuras generaciones.
El pintor Julio Moreno, de 38 años, afirma que el muralismo es “un medio para promover cambios sociales”. Sirve, además, para “guardar la historia”, agrega su sobrino, el también pintor Deylin Moreno.
Tío y sobrino integran un movimiento de más de 100 muralistas que formó la revolución en la década de 1980 en Estelí, de los cuales unos 30 luchan por conservar la tradición.
El arte fue llevado a Estelí por la estadounidense Janet Pavone, el inglés Daniel Hopewell y la argentina Cecilia Herrero, quienes formaban parte de un grupo de artistas que llegaron en la década de los 80 a pintar grafitis y enseñar la técnica del muralismo a niños del lugar.
El contenido
Los talleres fueron “tomando forma artística y se comenzó a organizar a los niños” para que pintaran en las calles temas relacionados con sus derechos y la situación del país, cuenta a la AFP el director de la Fundación de Apoyo al Arte Creador Infantil (Funarte) de Estelí, Pablo Blandón.
Las pinturas son meticulosamente coloreadas con pintura acrílica y luego bañadas con barniz. Los héroes de este arte callejero que se niega a morir, o por lo menos, los que reconocen los muralistas son Augusto César Sandino, líder nacionalista que en la primera mitad del siglo XX formó un ejército popular para expulsar a las tropas estadounidenses que habían invadido el país; el guerrillero Ernesto Che Guevara y el presidente nicaragüense Daniel Ortega.
Hay en la lista además otros cuadros que develan la grandeza del poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) o retratan las tradiciones, bailes y personajes del folclore nacional.
Según la publicación, más de 300 murales distinguen a Estelí, donde se sigue cultivando esta técnica pese, según Julio Moreno, a los intentos de anteriores gobiernos de derecha de “borrar” el arte revolucionario.
Hoy, la ciudad nicaragüense, que cuenta con 100,000 habitantes, es uno de los principales centros económicos y bastión del partido sandinista que gobernó durante la revolución (1979-1990) y retornó al poder en 2007.