No solo la “clase política” y empresarial hondureña tiene doble discurso. A los “gringos” les fascina ponerse careta con su extraño silencio sobre la extradición de poderosos políticos, banqueros y lavadores de dinero mencionados por narcotraficantes en Estados Unidos. Cuando les conviene corren a pedirlos y, cuando no, también se hacen los locos.
Los de arriba siempre se quedan idos creyendo tontos los gentíos. El exmandatario Porfirio Lobo Sosa, quien ya no asiste a las sesiones del merendero Parlamento Centroamericano (Parlacen), se ufana de haber aprobado la ley de extradición, pero se chifló y no entregó a nadie ni a Los Cachiros, a quienes vio como “empresarios”. Fresco el señor.
La entrega secreta de jefes narcos inició en 2013 cuando la DEA enamoró a Los Cachiros para rendirse y protegerlos a cambio de cantar nombres de sus amigos de la política y prósperos “empresarios”. Empero, el primero en ser capturado y cedido a Estados Unidos fue Carlos Arnoldo “El Negro” Lobo, supuesto aliado del cartel de los Valle. Cayó en abril de 2014.
Los hijos
Seis meses después fue aprehendido Héctor Emilio Fernández Rosa, alias “Don H”, supuesto amigo y socio de Yankel Rosenthal y de otros influyentes financieros y políticos de Tegucigalpa y del noroccidente que danzan en lista de espera para su extradición al norte. En la Corte Suprema de Justicia (CSJ) han parado el envío por razones oscuras.
Luego se arrestó a Juving Alexander Suazo, síndico de “El Negro” Lobo. Le siguieron Los Cachiros en enero de 2015; Fabio Lobo, hijo del digno Lobo Sosa el 21 de mayo; en octubre fue capturado en Miami, Yankel Rosenthal; luego se rindió su primo el presidenciable liberal Yani Rosenthal por presunto lavado de dinero del narcotráfico y en noviembre del mismo año se entregaron los Valle.
Mudo
En medio de estos casos ligados a la narcoactividad fue engrillado en Suiza el dirigente deportivo Alfredo Hawit y días después el expresidente Rafael Leonardo Callejas Romero por cobrar y repartir coimas para la transmisión de partidos mundialistas de la Selección Nacional. El embajador “gringo” James Nealon gritó el pedido de Callejas.
Empero, Nealon no ha vuelto a soltar la lengua como lo hizo con el exgobernante. Ocho días bastaron para que el “biónico” tomara un vuelo privado y, hasta el sol de hoy, sigue con grillete electrónico y agónico esperando su condena, que ha sido pospuesta dos veces. “Ya viene de regreso”, decían sus seguidores desde agosto del año anterior. Su plantón ha sido peor que diez años de prisión. El cambio lo sufrió él y no el país. ¡Me duele!
Nos asusta el mutismo de míster Nealon. Invita a sus dilectas comilonas a ciertos políticos, empresarios y periodistas que riñen la corrupción estatal y, de repente, están hasta el gorro encubriendo la podredumbre de poderosos. ¿Será que canta y calla cuando conviene al imperio? ¿Así los exhiben? Pasarela de pícaros por su mansión y ahora por Nueva York.
Ralea
Los del norte juegan enchute con quien les da la gana, donde sea y a cualquier hora. El diplomático estadounidense tiene gente en su oficina de comunicaciones que manda cortesías dirigidas al pellejo de personajes que empinaban el codo con ellos y luego les metieron las chachas en sus muñecas por bandoleros. ¿Dónde está la alcurnia hondureña?
Pensamos que tras la detención de cabezas del narcotráfico deberían caer banqueros, estatales, industriales y posiblemente periodistas, pero el señor Nealon ya no solfea o no quiere soltar nombres de caballeros y damas salpicadas por la cocaína tal como hizo con Callejas Romero, que se tornó mundialista por la coimas de la FIFA.
No queremos ser malpensados, pero nos asalta la duda si los gringos tirotean a quien conviene y abrazan a aquellos que aún son sus tontos útiles. Si los capos de la droga están presos pues también enjaulen a los políticos y empresarios que tienen salpicado el traje de estupefacientes.
No se anden con tientos. Si no actúan contra los corbatudos quedarán como cómplices o en ridículo por rendir tributo a malhechores hondureños en la residencia imperial. ¡Buen provecho señor Nealon!