Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: Acuerdo controversial

El exgerente de la ENEE, Jesús Mejía, primero decía una cosa, luego otra, y, al final, “el delincuente soy yo”. Garrotazo y medio con la luz

04.10.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El funcionario, el sindicalista, el empresario, el periodista, el político, hablan de pactar más kilovatios, callando la tonelada de oro enterrada en bolsos de un solo oferente.

En medio de un chorro de pus, los colmillos de unos cuantos señorones de traje y corbata seguirán insaciables devorando el bolsillo de miles de catrachos en los próximos diez años. Solo uno de ellos se embolsará, al menos, ocho o nueve mil millones de lempiras pactados en afeitadas licitaciones para generar energía eléctrica (kilovatios oro), pero “el tarifado soy yo”.

Pila de años viendo, oyendo y leyendo la perorata de peritos, políticos y malos financieros de la “urgencia” de “salvar” la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), saqueada, igual que la mayoría de entes públicos, por grupos antagónicos cuyo fin es el mismo, atracarnos, mediante subastas que parecen claras, pero están llenas de dolos legalizados.

Las mafias asoman sus caras en revistas de caché y en sus jugosos mercados clavan las fichas de sus “perros de garra”. Así cachan el pisto de las masas. Las cautivan jurando “solucionar” sus crisis. En el caso de la energía eléctrica, los apagones huelen a colosales ganancias tapadas y, de repente, hasta aplaudidas por cierta prensa, pero el “extorsionador soy yo”.

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Peso

Nadie habla del engendro de la Represa Hidroeléctrica Francisco Morazán, conocida como El Cajón que, a nuestro juicio más parece un elefante blanco que una solución a la extrema demanda. El funcionario, el sindicalista, el empresario, el periodista, el político, hablan de pactar más kilovatios, callando la tonelada de oro enterrada en bolsos de un solo oferente.

Forma muy sutil de otorgar opulentas gangas donde curiosamente, ENERSA, con planta de abasto de energía eléctrica en el norte del país, ofreció en 2017 un valor más alto al que venía vendiendo a la ENEE. Su propuesta fue desechada y luego, como por arte de magia, logró en 2018 diez años más de gracia con un centavo más arriba de lo jurado primariamente.

Extraño que, entre varias firmas ganadoras, la ENEE, que tanto alega decoro, otorgó el rico contrato por energía más cara. “Mediante licitación internacional LPI, número 100-009/2017” se convocó para contratar energía y capacidad firme de 820 MW. El ganador primero propuso el kilovatio hora a 10.6903 centavos de dólar cuando lo venía cobrando, sin traba alguna, a 0.086950.

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La Junta Directiva de la ENEE declaró la “no adjudicación” de 227.0 MW, pero, tras colorear, como siempre, los papelitos, le bajaron un centavito. ¡Vaya sacrificio! Todo sea por “no golpear” el escuálido bolsillo de miles de abonados sufriendo, también, largos e injustos apagones por un servicio oneroso, justificando, de un lado y de otro, que todo está en ley, con la venia del Legislativo, de la Junta Directiva de la ENEE aconsejados por la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), pero ¡ya nadie les cree!

La Junta Directiva de la ENEE, “acogida” en el artículo 33 de la Ley de Contratación del Estado, designa, como así jura, a “versados” para estos negocios que, al final, son un leñazo brutal. ¿Y el sindicato? ¿Y la Fiscalía de Protección al Consumidor? ¿Y “Fito” que conoce los túneles de la ENEE dónde están? ¿Reglas claras? La tuya, hijos de… este pueblo.

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