Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: Pesos y contrapesos

Ciertos personajes parecen cantar con Polache “volveremos, volveremos”, pues, así como vamos, volverán al Congreso porque nuevas proles no los conocen

18.04.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Si la Alianza de Salvador Nasralla cuaja y pega fuerte en las elecciones generales de noviembre, tal vez por su escuálido orden no logre el trono, pero si quienes ahí se cuadren de sobrios, prudentes, reales honestos, aterrizados y no elevados, dejan sus codicias y egos, serían el eje de pesos y contrapesos en el próximo Congreso Nacional.

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El régimen de Joe Biden centró ojos en Honduras, El Salvador y Guatemala. Ya no quiere más canales narcos ni de corruptos. Urge lavado (no de dinero) a todo nivel. La burguesía, aunque no lo grita, está actuando sigilosa y desea entrar al lobby de Biden, negociando cabezas, de un lado y de otro, para “purificar” los próximos parlamentarios.

Divinos

Poco a poco se curtiría el eje que hoy extasía a Nasralla y mañana lo recula. Las caras, nuevas o no, las pondrán, sin mucha bulla, poderosos y, otras, se validarán solas. Dirán, “humildes”, ser pulcras, que ni en sueños han robado, que han sido padres responsables, cero adúlteros ni borrachos ni torcidos sexuales. En palabras llanas, que los tiraron del cielo.

Triste
Médicos y maestros pujan moral con la Alianza y buen mazo de ellos(as) no dan paso a nuevas crías. “Dos plazas para mí, cero para otros”.
Puede ser que unos por amor al país y otros(as) no, ansíen curules o alcaldías en la famosa trinca de Nasralla. Sin embargo, unos galanes (damas y machos doble vía) toda su vida (con amantes y familiones) su único refugio ha sido el Estado. Más de diez años de llanura calaron sus tripas. Ahora, son “ángeles” redentores, redichos, “el delincuente soy yo”.

Muchos jactados de impolutos echan maldiciones a una pila de pillos ya conocidos de la burocracia (libres y sin cárcel). Se ven milagrosos, capaces de encauzar el país, de sacarlo del abismo, del robo inmoral, de ser torres de conducta. ¿Ustedes no sorbieron en gobiernos pasados? ¿No vieron corruptela y los hospitales en coma sin pinches jeringas?

Vivos

Siendo sensatos todos, debemos cambiar de calcetín. Quienes riñen las desigualdades deben, como así urgen, abdicar a su chorro de gangas. Dos chambas como “derecho” (aprobadas a lo pillo en el Congreso) es un acto libertino peor, aún, si ni de visita caen en sus labores, ya sea por viejos, por flojos, por envidia o por bloquear a nuevos brillos.

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Si asusta la corrupción sin penal, groseros salarios de públicos, desempleo, nada mal sería que, ustedes, médicos, ingenieros, maestros, economistas, iluminados y pulcros, con apetitos de “legislar”, planteen (si saben redactar una moción) eliminar una de las dos plazas en varios gremios y que la otra se brinde al chorro de necesitados y capaces.

Así, de entrada, legislando “puramente” crearían cien mil empleos en eras de angustia hospitalaria. Diríamos adiós a una recua de “éticos” en un acto de justicia.

No es lo mismo criticar las “injusticias” desde murallas incoloras, si son, a lo bandido, de la misma letrina. El problema es que, unos por estar rotos o insaciables juran ser lo que no son y nunca cumplen sus promesas. Apenas tienen poder, sacan sus uñas, se infectan por todos lados, defienden lo indefendible en lealtad a sucios patrones y una prensa malsana.

Mamar

Un grupo de “morales”, chafas, policías, académicos y falsos defensores de derechos humanos dejó su “convicción” partidaria, corrió sin envión y cayó en el lanudo y terso pecho de Nasralla para, según ofertan a sus adeptos, “sacar a los corruptos del poder”. ¿Lo hacen por ética o porque perdieron la diputación por las urnas infladas de sus camaradas?

Fichas
De aquí a noviembre, veremos rostros de eras de Carlos Roberto Reina y de Carlos Roberto Flores elevándose para diputados. ¿Y el cambio?
Seguro que estos fatuos saldrán con flatulencias si logran serios cargos públicos. No hay tales de enrumbar la nación por un merecido camino de limpieza, de penar con severidad a bandidos de cuello blanco si rápidamente pierden los estribos. Cambian de color y de lenguaje para formar otra banda.

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El ansia de penar a los corruptos de turno y otros del pasado es casi general, pero muchos(as) que desean derribarlos escurren ambición por la botija estatal y no amor para evitar el colapso del país. Les embruja el billete fácil, ajeno. Les importa más el peso del billete y no el gritado equilibrio, así inflan, igual que sus rivales, sus cuentas bancarias.

El poder no esencialmente se retiene ni se obtiene con dinero. En un pueblo harto de alacranes los pesos y contrapesos podrían ser el cigüeñal para desviar del carril a perversos. Lastimosamente, siempre caen en las garras de una fiera alcurnia tapados por picos malolientes, sus “males necesarios”.

Amores
No cabe duda de que la burocracia embruja a cualquiera, no solo por sus jugosos sueldos, sino porque la lengua es vital para la jubilación.