No nos cabe la menor duda de que el recién despedido embajador estadounidense James Nealon fue un “huracán” categoría cinco para poderosos políticos y banqueros locales extraditados al imperio. Lo grueso está por venir. Las “bandas” de Nealon barrerán con otros que se irán para el norte por narcos y lavanderos.
Nealon se convirtió en el primer actor gringo que no tuvo ambages para señalar a nutrido grupo de burócratas y financieros ligados al bajo mundo. Como nuestra sociedad es exigente pero hipócrita, nadie, ni ningún engreído de la “sociedad civil” resaltó su loable labor apoyado por la regencia de Juan Orlando Hernández Alvarado.
Falaces
Para “rivales”, el indómito poco o nada ha hecho por penar corruptos y narcos, pero cuando sorbieron el trono se besaron con peligrosos bandidos. Ahí están las fotos donde modelaron en jets, al pie de fincas, con los ojos cruzados y la barriga de fuera. ¡Tan buena gente fueron los capos con ustedes! Los Cachiros y Los Valle nunca los olvidarán.
Ciertos políticos juran a pie juntillas que el actual régimen está plagado de pícaros. Sin embargo, es el único que inició su entrega. Ya van más de veinte. El primero en caer fue Carlos Arnaldo el “Negro” Lobo (apellido de pesos pesados) a finales abril de 2014, tras ratificarse la reforma al artículo constitucional 102 publicada en La Gaceta ese mismo año.
El precepto impedía ceder compatriotas. Su cambio permitió al Estado suscribir acuerdos universales para extraditar personas liadas al narcotráfico, terrorismo y lavado de activos. Ninguna jefatura anterior quiso modificar leyes para que narcotraficantes y sus socios de la política y del “mundo bancario” ni siquiera fueran atados ni vistos como bandoleros.
Prolijo
Para los memoria corta según su provecho y ambición por el poder, el “Negro” Lobo, de acuerdo a documentos presentados por la Fiscalía en Nueva York, confesó que entregó a Fabio Lobo –hijo del exhéroe Porfirio Lobo Sosa, cien mil dólares a cambio de darle protección, al mismo estilo de Los Cachiros. Julián Pacheco tampoco lo supo.
A Carlos Arnaldo Lobo lo tenían como “jornalero” y “marino” que “ayudó con sus lanchas a un pobretón de Roatán, Islas de la Bahía cuyo nombre sigue de incógnito gracias al “misterio público”. Este hombre trasegó droga desde Colombia hasta Estados Unidos. Era considerado violento, astuto, fresco y mujeriego. Apenas dejó 16 hijos. ¡Lobo tenía que ser!
Papi
El testimonio del “Negro” Lobo indica que a lobito no le iba tan mal en el oficio de la coca. Lo grave fue llevarse de golpe a papi, aunque el señor de La Empalizada niega todo. Nomás se tomó fotos con “empresarios” (no sabía que eran Los Cachiros) ¿Y las gráficas con doña Digna y otra “dama” serán fotomontajes?
Hay unos que andan moviendo cielo, mar y tierra para que no se los lleven para gringolandia.
Aunque quieran negarlo, una ristra de cachos, cheles y libres llevan meses con pringapié. Sus “dignos” nombres brillan en el buró de la jueza Lorna Schofield. ¡Bravo muchachos! De repente y truena el hemiciclo después de irse míster Nealon.
Los rivales dicen que solo los cachurecos son capos de la droga, pero el cachiro Devis Leonel cruzó a Carlos Zelaya, hermano del exgobernante Manuel Zelaya y, de paso, dijo que Fabio Lobo le confió durante faenas que el ahora delegado de Salvador Nasralla usó la pista de El Aguacate con fines oscuros. ¡Vaya, vaya, se abrió el fuego!
Nariz
Quienes toman las extradiciones a juego, desde sus vísceras o con fines políticos, les rogamos sacar los millones de sus caletas. Van a urgir de buen billete para pagar caros abogados cuando estén frente a Schofield. Si todavía están escépticos pregunten a los Rosenthal cómo les va con su grillete o a Rafael Leonardo si irá al próximo mundial.
“Justo es el Señor”, rezan las escrituras. A personajes ambiciosos la cocaína les roció la corbata y les quebró el tabique. Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte (Prov. 14:12). Alisten el colchón que Nealon dejó recados con nombres y apellidos. ¡Suerte camaradas… Satanás está con ustedes!