Siempre

Víctor Manuel Ramos, un asiduo lector de Darío

El escritor hondureño es un estudioso de la obra de Rubén Darío, a quien califica como “el poeta glorioso de la lengua española”, por lo que disfruta leer su obra y biografías

03.06.2017

Tegucigalpa, Honduras
Para el ganador del XIII Concurso de Cuentos Infantiles sin Fronteras de Otxarkoaga, Víctor Manuel Ramos, las narraciones y poemas son las lecturas de su predilección.

La pluma de Ramos se robustece al leer “La loto”, de Eduardo Bähr, que es un cuento con un argumento muy bien planteado y un lenguaje limpio y conciso.

Un hombre común pone todas sus esperanzas en un billete de la loto. Al acudir a la oficina de la lotería se derrumban todas sus ilusiones. “Bähr vuelve a demostrarnos su maestría como narrador”, afirma.

Otro de sus predilectos es el “Último año de Rubén Darío” II parte, que publicó Bautista Lara con motivo del 100 aniversario de la muerte de Darío y el 150 aniversario de su nacimiento.

La obra es calificada por Ramos como una exhaustiva investigación acerca de lo que se publicó en la prensa centroamericana en el año de la muerte de Darío (1916). Este tomo contiene lo recopilado en los periódicos y revistas de Honduras y Panamá.


Le siguen “La caravana pasa” de Rubén Darío; un extraordinario especialista alemán en Darío ha reeditado, en cuatro volúmenes, este libro de crónicas de Darío. Estos textos nos muestran a un Darío maestro en el dominio de la prosa y de la crónica periodística, pero, además, su lectura nos sorprende por la extraordinaria lucidez con que Darío aborda cada tema y por la minuciosidad de las notas al pie de página.


Otras obras sobre Darío que inspiran a Ramos son: “Rubén Darío” en su laberinto de Rocío Oviedo Pérez de Tudela y “Retrato del poeta como joven cuentista” de Alberto Paredes.

Finalmente completa sus sugerencias de lectura sobre Darío con “Indagaciones rubendarianas” de Jorge Eduardo Arellano, una recopilación de trabajos sobre la obra del poeta escritos a lo largo de muchos años, llenos de intenso estudio por parte de Arellano, convertido en un estudioso esencial de la prosa de Darío.