TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Indispensable y valioso, pero también limitado y víctima del derroche desmedido de los humanos, ha sido el agua, uno de los recursos vitales para la sociedad.
Hoy se conmemora el Día Mundial del Agua, un recurso que se mantiene constantemente racionado en la capital, pues la falta de nuevos embalses y el crecimiento desordenado de la ciudad pasan factura, sobre todo en verano, a los habitantes del Distrito Central (DC).
En la urbe capitalina la demanda de agua por cada poblador incrementa, pero la ciudad se mantiene abastecida por los mismos dos embalses y fuentes superficiales que hace 30 años.
Esta situación es alarmante, pues según un informe de la administración local se estima que a mediados del siglo pasado los residentes de la capital representaban un 3% de la población del país, mientras que en la actualidad representa el 16% y para el 2040 uno de cada cuatro hondureños vivirá en la ciudad.
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No hay continuidad
Durante los primeros meses de este año, el horario de envío de agua es de cada dos y tres días y por un promedio de ocho a doce horas, el servicio no es continuo y dependiendo de la zona de residencia el problema se agudiza.
La peor crisis de agua se experimentó en 2019 y se prolongó hasta los primeros meses de 2020, en pleno inicio de pandemia por covid-19 y cuando los niveles de Los Laureles y La Concepción amenazaban con dejar las represas secas.
Por lo que las autoridades del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) no tuvieron otra alternativa que limitar el suministro de agua hasta cada nueve días.
Ante tal crisis las autoridades de la administración local emprendieron la construcción de un nuevo embalse, la presa San José, ubicada en el río Sabacuante y que ya tiene un mes desde que comenzaron las obras. Entre los principales avances, ya se comenzó a ejecutar el plantel de trituración y en los próximos meses se empezará a construir la cortina, con lo que se observará mayor avance, explicó Saddy Bueso, vocero de la comuna capitalina.
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Esta presa no es una solución absoluta al problema del agua, pues es una obra que tendrá la capacidad de almacenar 12.2 millones de metros cúbicos, un embalse similar a Los Laureles.
Sin embargo, será un alivio para los severos racionamientos de agua, sobre todo para las colonias que son abastecidas por La Concepción.
Otra de las zonas que urge atención es el subsistema de El Picacho, ya que es una fuente superficial que equilibra el sistema, pues unas 70 colonias dependen de esta fuente.
Su producción es variable, ya que depende de las precipitaciones. De manera que está por iniciar la construcción de un reservorio de agua con capacidad para 3.3 millones de metros cúbicos y con una vida útil para cinco décadas en El Hatillo. También se tiene en lista de espera la represa de El Hombre. La ciudad tiene una cobertura del 71%.
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