El imponente resplandor y autoridad de Santa María de Suyapa doblegó un año más el corazón de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas de Honduras.
Como todos los años, los elementos de todas las ramas de la institución castrense se presentaron frente a su Capitana General para rendir honres en tributo por el festejo del 267 aniversario del hallazgo de su imagen.
En un acto de reverencia el alto mando militar, oficiales y personal de tropa hicieron entrega de ofrendas especiales para la Morena, en agradecimiento a la protección, bendiciones y milagros obtenidos durante el año.
Delegaciones de la Secretaría de Defensa, el Estado Mayor Conjunto, en Ejército, Fuerza Aérea y Naval presentaron a la patrona de Honduras arreglos florales y le exaltaron con lecturas, oraciones y alabanzas.
El acto fue acompañado por el presidente de la República, Juan Orlando Hernández, y varios funcionarios de su gabinete de gobierno.
La historia
La reverencia que la institución armada tiene por la Virgen de Suyapa no es producto de la casualidad.
Pese a que el hallazgo de la Morena data desde 1747 en el cerro de El Pirigüín, Santa María de Suyapa pasó a ser la capitana general de las Fuerzas Armadas a partir del 27 de septiembre de 1969.
El honroso título lo otorgó el presidente de la República, general de brigada Oswaldo López Arellano, bajo decreto ejecutivo número 33, pasados 13 días de la guerra con la República de El Salvador el 14 de julio de 1969.
Desde aquella época se le dio toda la potestad a Santa María de Suyapa, para encomendar la difícil misión a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de luchar para construir la paz de toda la nación.
Al paso de 38 años como muestra de veneración, en cada unidad militar y en las oficinas de las comandancias está ubicada una imagen de la Morena más guapa de Honduras, y en todos los batallones hay un capellán que se encarga de profesar la fe católica y de propagar la devoción hacia la madre de Jesucristo.
Constructores de paz
A pesar de la enorme ola de violencia que azota el país, las autoridades eclesiales, militares y del gobierno no pierden la esperanza de construir una nación de paz.
Es así que en su homilía el obispo Juan José Pineda centró su participación en la promoción de la paz en Honduras y resaltó que “la violencia es una mentira, porque va en contra de la verdad”.
Asimismo, el líder religioso les recordó a los asistentes que la paz solo es posible con perdón y reconciliación.
La presencia del alto mando y el personal de tropa en el santuario fue calificada como un acto de subordinación, respeto y amor por la madre Santísima.
En este contexto, Pineda reconoció la labor y el esfuerzo de la institución castrense por darle seguridad y protección a la población.
“Ponemos en manos del Señor a las Fuerzas Armadas para que su obra siga dando muchos frutos”, rogó el jerarca católico.
En su reflexión, el sacerdote les remarcó a las autoridades del gobierno que no puede haber paz entre los pueblos si no hay justicia social.
Añadió que todo intento de violencia debería de ser indigna para cualquier hondureño, pues a su juicio este mal destruye la construcción de derechos como la paz, la libertad y la dignidad.
En ese sentido exhortó al alto mando militar a iniciar un desarme general controlado en toda la nación. “El enorme aumento de las armas en nuestro país representa una amenaza grave para la paz de nuestro país”, dijo.
“Tener armas no asegura la paz de nadie y en vez de eliminar la violencia se corre el riesgo de agravarla”, apuntó.