Protestas en Honduras se dispararon en el actual gobierno
En 2021 apenas hubo una protesta cada 12 días, pero en 2022 se reportaron dos manifestaciones cada 24 horas. En 2023 ya se registran más de 200 manifestaciones, algunas organizadas por simpatizantes de Libre
Las protestas experimentaron un crecimiento notable en 2022, que coincide con el primer año de gobierno de Xiomara Castro.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Mientras las instalaciones del Ministerio público permanecían tomadas por empleados que exigían un aumento salarial el pasado 30 de marzo de 2023, un grupo de simpatizantes del Partido Libertad y Refundación (Libre) protestaba en San Antonio de Flores, en El Paraíso.
Ese mismo día, habían otras dos protestas: una La Masica, Atlántida, y otra en Danlí, El Paraíso.
Un día después, el 31 de marzo, hubo otras cuatro protestas a nivel nacional, dos de ellas en El Paraíso, una en Cortés y la tercera en el Distrito Central. Todo esto, mientras las instalaciones del Ministerio Público seguían tomadas.
Desde que la presidenta Xiomara Castro tomó el poder, las manifestaciones en Honduras se han disparado, según evidencian cifras de la Secretaría de Seguridad facilitadas como respuesta a la solicitud de información SOL-SSSS-1815-2023 a la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus.
Este rotativo tuvo acceso a los reportes de protesta desde enero de 2018 hasta el 10 de abril de 2023. En ese tiempo se registraron 1,438 hechos. No obstante, sobresale que varias de las acciones de los últimos meses fueron organizadas por simpatizantes de Libertad y Refundación (Libre), partido que llevó a Castro a la presidencia.
Sobre esto, el sociólogo Pablo Carías consideró que desde la constitución de la Junta Directiva del Congreso Nacional (por un lado la liderada por Luis Redondo y por otro la de Jorge Cálix) quedaron “algunas grietas y contradicciones” que evidenciaron que no todos estaban en sintonía con la dirección partidaria y todo esto “se ha activado”.
¿Quiénes protestan?
Los reportes detallan que en 2018 hubo 229 protestas en el país, muchas en contra de la reelección del exmandario Juan Orlando Hernández, preso en Nueva York, Estados Unidos, por delitos relacionado con el narcotráfico.
Para 2019 las manifestaciones fueron menos de 100, y para 2020 apenas 45. El 2021 fue el que tuvo menos reportes: apenas 31 en 365 días, es decir, cada 12 días hubo una protesta.
En 2022, justo cuando Castro tomó la presidencia, las manifestaciones se multiplicaron, al punto que cada día hubo en promedio dos protestas. En todo el año se registraron 830, según los reportes oficiales.
En los primeros tres meses y 10 días de 2023 suman 206, lo que significa que los casos pueden igualar el número de reportes de 2022 si se sigue la tendencia actual.
De acuerdo con el analista Graco Pérez, estas protestas dependen completamente del gobierno que está en el poder, pues en la gestión de Hernández la gente salió a las calles en contra de la “corrupción, narcotráfico, elección irregular y concentración de poder”.
“En el gobierno de (Porfirio) Lobo eran otras las demandas porque veníamos de una crisis política y en el gobierno actual, que apenas está teniendo los primeros reclamos, porque el primer año prácticamente se va en una situación en el que la población le da espacio para que tome medidas y cumpla las promesas de campaña”, puntualizó.
En los últimos años de gobierno de Hernández (desde 2018 hasta 2021), tres de cada 10 manifestaciones fueron convocadas por la oposición, mientras que en el resto destacan pobladores inconformes con la gestión, trabajadores de salud, campesinos y transportistas.
En el caso del primer año y tres meses de gobierno de Castro, el cinco por ciento de las protestas reportadas fueron convocadas por simpatizantes de ese partido, lo que influye en la percepción de la población y en cómo se desenvuelven para ejecutar propuestas, opinó Carías.
“(Las protestas convocadas por simpatizantes) sí afectan la gobernabilidad porque no solo es un problema de generación de imagen negativa de un gobierno sino que también tiene resultados negativos en función de que no se puede saborear de manera normal la gestión administrativa”, dijo.
Añadió que en educación y salud es más notorio. “Vea en este momento cuántos centros de salud están tomados... ¿a quién responsabiliza la población? -preguntó- a la gobernante”, cuestionó.
El experto también se refirió a todas las manifestaciones en instituciones públicas que afectan de forma directa a la población, incluyendo el caso de los empleados del Ministerio Público que estuvieron casi 80 días en protesta hasta que el pasado 24 de abril acordaron un incremento de 3,600 lempiras a su salario.
Protestas de norte a sur
Con excepción de Ocotepeque, el resto de los departamentos del país reportaron al menos una protesta desde 2018 hasta abril de 2023, según los registros de Seguridad.
Incluso, los datos mencionan que las manifestaciones se concentraron en Cortés y Francisco Morazán -que alberga la capital política de Honduras-, donde solo en 2022 hubo más de 400 protestas. En cambio, si sumamos los casos desde 2018 hasta 2021 hablamos de casi 700 manifestaciones.
Las cifras detallan que Choluteca es el tercer departamento con más reportes de protestas, seguido por El Paraíso y Atlántida, donde solo en lo que va de 2023 hubo en promedio una manifestación cada nueve días.
Gracias a Dios, por su parte, es el departamento con menos manifestaciones registradas, lo que no significa que no hayan ocurrido, sobre todo porque es uno de los lugares más olvidados y con carencias a nivel nacional.
De acuerdo con Pablo Carías, esta es una de las causas para que la gente salga a las calles, pues el país sigue teniendo deficiencias en el sistema de educación y salud, donde se ve más marcada la inconformidad del personal y los pacientes que acuden a consulta sin recibir atención o si quiera medicamentos.
Tomas en la vía pública
Cerrar el paso en las principales calles o avenidas es la estrategia más usada por los manifestantes para ser vistos y escuchados por las autoridades, al punto que ocho de cada 10 protestas fueron registradas en la vía pública.
A esto se suman los casos en los que alumnos, padres de familia y hasta docentes se tomaron las instalaciones de los centros de educación, por lo que figura como uno de los casos más recurrentes.
La toma de establecimientos y centros hospitalarios, como ocurrió en el centro de salud del Alonso Suazo y otros centros asistenciales, es otra de las medidas de presión más usada por los manifestantes, aunque hay quienes también se movilizan a Casa Presidencial para hacer presión de forma más directa.
Este rotativo analizó más de una veintena de lugares donde desde 2018 hasta abril de 2023 se reportó una o más protestas. Según las incidencias, las autoridades registraron manifestaciones en puertos marítimos, oficinas, maquilas y hasta en centros penales, donde actualmente se vive una crisis.