En Olancho se respira inseguridad: “Aquí no mandan las autoridades, dominan los narcos”
Cerca 1,100 homicidios se han registrado en los últimos cuatro años, casi uno por día. Alcaldes y habitantes dicen que los capos de la droga son los que mandan
Los alcaldes y los habitantes del departamento más grande de Honduras afirman que quienes dominan en esa región son los capos de la droga.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Son casi las 12:00 de la noche y todavía se puede deambular con relativa tranquilidad. Se escuchan a lo lejos unos coquetos ladridos de una manada que trata de aparear a una perra en celo y también la conversación de cuatro jóvenes que se preguntan si el portugués Cristiano Ronaldo seguirá en el fútbol europeo con 37 años.
Y mientras la perra ladra por el asedio y los jóvenes concluyen que CR7, como se la apoda, ya no tiene las condiciones para continuar en la élite, José Luis camina hacía su casa entre las sombras de la noche.
Con pasos acelerados, José Luis, de 49 años, cauto sigue su marcha, sin dejar desapercibido ningún sonido extraño y la presencia de una persona maliciosa.
“Todavía se vive en paz, pero no se sabe hasta cuándo viviremos en tranquilidad”, pregunta José Luis, ya más calmado porque ha llegado a su modesta casa, que en el techo enarbola la Bandera de Honduras.
“Uno no se puede confiar, ahora matan hasta por 20 lempiras”, lamenta, quien agradece a Dios por haber llegado sin agravios a su hogar, pese a que, en el centro del caluroso Esquipulas del Norte, en donde está ubicado su aposento, se percibe la calma.
Y es que la inseguridad ciudadana es una amenaza real: ya no solo es un problema endémico de las urbes, es también es de los municipios internos de Honduras.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus visitó varios municipios de Olancho, como Esquipulas del Norte, Jano, Juticalpa, Catacamas y Guayape, en los que gran parte su población tiene pavor de que en algún momento la tranquilidad en la que habitan sea irrumpida por la inseguridad.
Mejoría
Las incidencias en el departamento más grande de Honduras han tenido un comportamiento irregular: sus cifras alcanzan picos en algunos años y en los siguientes caen considerablemente.
Esa irregularidad ha provocado un ambiente de zozobra en la población porque, según sus habitantes, en cualquier momento la criminalidad los podría afectar. Y los números lo avalan.
Los registros del Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol) analizados por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus indican que en Olancho se han contabilizado 1,051 homicidios en los últimos cuatro años (desde el 1 de enero de 2019 al 31 de julio de 2022).
Eso significa que en promedio ha ocurrido casi una muerte violenta por día en el norteño Olancho, que tiene una población de casi 600,000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
En una comparación anual de la cantidad acumulada de homicidios se puede observar una mejoría.
Por ejemplo, de 2019 a 2022, 2021 fue cuando se registraron más, con 340. Y en lo que va de 2022 (hasta el 31 de julio) se han notificado 180, casi menos de la mitad.
Otro hecho de preocupación son las muertes indeterminadas, que acumuladas en el tiempo analizado suman 95. Como en los homicidios, 2021 también es el que más se registraron: 37, mientras que en este año van 12.
Genera más miedo en los habitantes de Olancho que los lesionados son principalmente por arma de fuego. Son 69 personas las que han sido heridas por esos artefactos en el periodo de análisis y destaca que 2019 fue cuando más casos se reportaron (34), el 49% del total.
Los lesionados con arma contundente (que son los que pueden ocasionar una contusión, como un martillo o una barra) suman 15, mientras los de arma blanca son 11. Pero un dato desolador son los policías asesinados (10) y lesionados (30) en los últimos cuatro años. Esas estadísticas indican que, por cada 10 oficiales heridos, 3 fueron víctimas de homicidios.
“Se dice que muchos de ellos (los policías) fueron asesinados porque se vincularon con los narcotraficantes”, plantea Carlos, un habitante de Olancho, quien pide que no se identifique.
Zonas dominadas
Cuando la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus estaba saliendo de Esquipulas del Norte, un retén conformado por tres policías hicieron señales de parada.
Después de un saludo seco, los agentes preguntaron el motivo de la visita. Al enterarse de la causa y detectar que se trataba de un equipo periodístico, uno de los tres oficiales con asombro dijo: “Tienen valor de venir aquí sin alguien que conozca la zona”.
Un integrante del equipo pregunta: ¿por qué?
“Lo que pasa es que aquí no puede venir cualquiera, así como así. Los señores, quienes controlan, pueden tomarlo como que son sus enemigos”, responde. Y de inmediato procedieron a registrar el vehículos.
Cinco minutos después, con la advertencia y una orientación sobre la ruta más conveniente, el episodio pasa a la historia.
Uno de los 23 alcaldes que tiene Olancho es claro: “Aquí no mandan las autoridades, aquí dominan los narcotraficantes”.
Y claro, tiene sentido cuando en los municipios que visitó este equipo los vehículos de transporte de varios pobladores son los Toyota Hilux, ediciones entre 2017 y 2022.
También se pueden observar, entre algunos cerros, imponentes casas y a personas con seguridad personal. Pero ellos, los olanchanos, esa situación positiva “porque son ellos quienes nos protegen”.
Como es el caso de Edgardo Ramos, un carpintero de Jano que se siente en paz pese a que ha visto episodios no tan normales, a tal punto (dice) que puede dejar abierta la puerta de su casa y no le roban nada.
“Persona que roban la matan”, dice.
Para el subcomisario policial Edgardo Barahona el fenómeno que se vive en la capital, por ejemplo, también lo padecen en el interior del país: el dominio de los capos o de las maras.
“Ellos viven con relativa tranquilidad porque son de allí, porque saben qué se mueve”, dice.
No obstante, señala que las acciones policiales van encaminadas a combatir la criminalidad para recuperar el dominio de las zonas que hace décadas se perdieron las autoridades.
Analistas consultados por este equipo plantean que Honduras debe emprender cuanto antes medidas sólidas en seguridad en el interior porque es allí en donde se concentran los capos de la droga que controlan a merced.
Sugieren también que la confianza de la población debe de estar en las fuerzas de la seguridad nacional, no en la criminalidad porque a largo plazo serán ellos los amos y señores de la nación.
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