Honduras

Casos de niños con cáncer se duplicaron en 12 años

Geografía de Honduras dificulta diagnóstico oportuno e incrementa los costos de atención.

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07.04.2014

Un pequeño rótulo pegado en la puerta de vidrio advierte sobre los cuidados para ingresar a la sala.

Vestir batas hospitalarias, usar mascarillas y lavarse las manos continuamente son parte de las recomendaciones para evitar que los menores ingresados en la sala de niños con cáncer del Hospital Escuela, sufran una infección que duplicaría el costo de su atención.

A simple vista, la sala se ve adecuada, su piso con cerámica blanca y paredes nítidas, que asemejan a un centro de atención privada, albergan a 23 menores de recién ingreso afectados por esta terrible enfermedad.

La buena estructura impediría saber que es en este lugar donde existe una de las mayores precariedades del centro hospitalario.

“Con lo poco que pueden nos ayudan”, dice doña Martha, una de las madres que ha permanecido en la sala desde hace un mes con su pequeña hija de diez años.

“La verdad es que son muchos niños, aquí no se dan ni abasto, uno ve que se va un niño y a la hora viene otro”, relata la dama de aproximadamente 40 años.

En casi un mes de hospitalización, Martha ha tenido que gastar cerca de 25 mil lempiras para poder permanecer en la sala junto a su hija, lejos de su natal Danlí, en donde su familia se dedica a la siembra y corte de café.

“La Fundación (Hondureña para el Niño con Cáncer) nos aporta y nos ayuda con los tratamientos, pero a veces la sala se queda sin sueros, sin las cosas que los niños necesitan y uno tiene que ver cómo lo compra”, comentó.

Alta incidencia

Y es que los fondos económicos para el tratamiento de niños con cáncer resultan insuficientes debido a la alta incidencia de nuevos casos que se registran cada año.

Según el doctor Armando Peña, especialista en oncología pediátrica y jefe de la sala, la afluencia de menores cada día es mayor.

“Continúa en aumento comparándolo, por ejemplo, con los diagnósticos del 2000, que eran 120 casos; a el 2012, que cerró con 364 pacientes, es más del 100 por ciento que ha aumentado”, detalló el especialista.

En la actualidad, de cada 10 mil niños menores de 15 años, 8.7 padecen de algún tipo de cáncer infantil.

“En lo que va del año tenemos más de 150 niños, obviamente, se va a rebasar lo del año anterior porque hay cada vez un poco más”, explicó.

Acceso a la Salud

El grave problema es que la mayor parte de estos pacientitos llegan en estadio avanzado de la enfermedad, lo que, además de duplicar el gasto, reduce las probabilidades de vida del menor.

“Hay un retraso en el diagnóstico, normalmente en nuestro país, por la geografía que tiene, complica mucho la situación porque son pacientes que viven en lugares muy remotos”, detalló el galeno.

“Se les hace el diagnóstico donde se sospecha cáncer y en lo que llegan a recibir atención a un hospital regional, a un hospital nacional, transcurren hasta seis meses y vienen en un estadio más avanzado que obliga a hacer quimioterapias más fuertes”, agregó.

El difícil acceso a la salud no solo limita a un diagnóstico temprano, según Peña, sino que también influye para que los pacientes abandonen el tratamiento y, así, aumenta la mortalidad.

Necesidad

Estos factores contribuyen a que las necesidades de la sala incrementen cada día.

Según Peña, no sólo se trata de la necesidad de medicamentos e insumos, ya que a esto se suma la falta de equipo médico que adquiere mayor demanda por la incidencia de casos.

“Los recursos siempre son limitados, los insumos son limitados, la quimioterapia por parte del hospital es limitada, los niños tienen la fortuna de tener la Fundación porque llega a extremos que suple el 80 o 90 por ciento de la necesidad”, informó Peña.

Actualmente, esta sala atiende a 23 menores hospitalizados, sin embargo, en consulta externa se atienden diariamente entre 30 a 40 niños para quimioterapia ambulatoria y 30 menores con enfermedades hematológicas benignas.