TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Días antes del juicio contra “Tony” Hernández (septiembre 29 de 2019), nuestras letras fiaron el hilo que un alto oficial de la Policía (retirado) indujo la muerte de un capo “estorbo”. Los lectores, a su gusto, urgen nombres a lo suicida. Hace poco, desde Nueva York tronó Juan Carlos Bonilla. Manso en el cargo y, hoy, por lucro, “El Tigre” ruge. Repasemos estos puntos, así, “hados de prensa”, digan que “especulamos”.
Sobrevivir o morir a por lo menos quince testigos incógnitos en su contra aguarda a Antonio “Tony” Hernández, hermano del presidente Juan Orlando Hernández Alvarado, quien este 2 de octubre enfrentará, a menos de un año de haber sido arrestado, el juicio por “narco a gran escala” que le imputa la Fiscalía estadounidense.
Se abrió el telón en la Corte de Nueva York. Ahora a develar, de una vez por todas, sin tapujos ni más rodeos, si Tony Hernández es realmente el capo de la droga que mantiene tambaleante la imagen y puesto de Hernández Alvarado, sometido a un incesante bombardeo mediático nacional e internacional. Llegó la hora de una verdad apremiante.
Lógico, el hermano del Presidente ya tiene su calvario que será un efecto dominó para otro mazo de políticos en general, paisanos y familiares de Tony. Años retratando a sinnúmero de poderosos pringados por el mundo narco y nadie creyó en simples letras dominicales. La gente no es tonta, pero a veces, por atraso, credos o piques, cree todo lo que le dicen.
Insomnio
Desde que cayó el primer extraditado Arnaldo “El Negro” Lobo, se fue cayendo uno tras otro, haciéndose pedazos la careta de muchos políticos y empresarios que, por porfiados y altivos, se soñaron intocables. Tony Hernández no es cualquier perico de los palotes, es el hermano del mandatario quien lógicamente no tiene buen sueño.
Listón de declarantes, expertos antidrogas, escritos, fotos y videos bajo la manga entregó la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, para “hundir” al acusado. Pesa sobre él, tráfico de cocaína, posesión ilegal de armas y mentir a agentes de la DEA cuando, a lo rayo, fue a Miami en diciembre de 2017 para cantar su presunto amorío con el mundo ruin. Muchos pusieron en duda su viaje ¿o no?
Tony retará, con intérprete, al juez Kevin Castel, quien tiene, además, chorro de legajos dados por fiscales, donde se jura que el exdiputado habría intervenido para quitar del camino a dos presuntos narcos muertos en 2011 y 2013. En uno de los crímenes se señala a un alto oficial de la Policía (retirado) y, en el otro, al narco Wilter Neptalí Blanco.
Su defensa tiene diversas trabas, pero la más difícil a nuestro juicio, serán los numerosos testigos incógnitos que la Fiscalía de Nueva York tiene listos para ratificar sus alegatos contra Tony Hernández. Se rumora que Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”, arrestado en Guatemala en abril de 2018 y extraditado al norte es uno de ellos junto al exalcalde de El Paraíso, Copán, Alexander “Chande” Ardón.
Se sabe que “El Rojo” era el “contador” de Héctor Emilio Fernández Rosa o “Don H”, entregado a Estados Unidos el 5 de febrero de 2015. El acusado, vivió y compartió jolgorios con capos de la droga, tal vez con Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en su casa de la aldea El Espíritu, Copán. De aquí huyó hacia El Hatillo donde lo arrestó la Policía.
Tony está con la soga al cuello, pero la guillotina tiene en peligro a la familia presidencial y a otros más que pronto se irán. Caerán porque caerán en los próximos meses. Nadie apura el paso de los gringos.
