Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: Ni ladrón ni rabioso  

El gentío ya no se traga discursos basura donde todos se juran decentes con cola de indecentes. No se crean mucho sus ensueños

17.10.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Hace tiempo toleramos presidentes ciegos en hilo de abusos hacia un pueblo, como siempre, exigente, ingrato, ido a su modo. Parece que reímos verlos, oírlos, en ciertas lenguas cómicas y caras que lactan el morbo del gentío con todo y “sabios”. Empero, por el trágico ambiente, se urge, no de un ladrón, ni teórico ni crispado, sino de uno sencillo, sin lujos, trabajador, que pruebe recato sin desacato.

En “quiebra” y el país es la mina de unos pocos de abolengo, su rehén. Hemos leído lo bueno y lo malo desde la dictadura de 16 años de Tiburcio Carías Andino, de regímenes militares mediante golpes de Estado o “electos” -a lo bandido-. De esas eras a la fecha, más de lo mismo; ristra de corruptos libres en campaña jurando combatir la corrupción y “el delincuente soy yo”.

LEA: Artículo de Octavio Carvajal: ¡Caos y titubeo!

TIMOS

Toda una vida familiones se han hecho ricos cogiendo millones a joroba de la Bandera Nacional clavada -como pirata- en alta mar. El pisto no alcanza para nimias exigencias de los haraposos porque para en bolsos de señorones y de sus dignas damas, también entrenadas para el saqueo, fingiendo abrazos y besos a la niñez descalza preñadas de lujos y arrogancias.

Muchos metidos en la gestión pública pierden los estribos. Por codicia, escupen los pocos valores morales infundidos en sus casas. Hasta un simple conserje es patada y mordida en diversos entes. Un pinche trámite lo enredan para “agilizarlo”. Sufrimos una pandemia de pícaros que en cada piso cobra peaje por sacar fotocopias dentro o en los entornos donde “laboran” los roedores.

La burocracia -en medio del adelanto- solventa lo que pide el insaciable patrón; en pasillos judiciales, por ejemplo, pila de juicios nunca pasaron de la secretaría o del pupitre del juez -por complot o travesura-. Cuando se alistan a emitir un fallo, según el galán, ya nadie puede brincar, ni el acusador ni la defensa. En otros casos, la o el fiscal se “durmió”, y el asaltante, perdón, el funcionario, nunca conoció la prisión.

DE INTERÉS: Vaqueros forasteros

MOJES

La de nunca acabar en décadas. Los mañosos cambian de color, de puesto y de hogar. Salto cualitativo y cuantitativo. A lo rayo, pasan de vivir en apurados barrios a exclusivas y señoriales suites a punta de atracos públicos, de mojes; la mafia coloca en deseados cargos a sus “muñecas” para imponer su “impuesto de guerra”. 30% por adjudicar la obra de 20 kilómetros de calle con asfalto pirujo.

El “canon” ha sido una “extorsión” fresca o camuflada de antaño entre políticos y financieros que, en un 90%, clavan sus pezuñas y picos en el fisco. Entonces si todos hablan de “cambios”, de que uno de ellos es “diferente”, ¿quién de los aspirantes con opción a ganar el trono acabará -como así juran- con estas enormes picardías si casi todos están cercados por más de lo mismo? Se sentirán “mágicos” Tito Asfura, Salvador Nasralla, Yani Rosenthal y la digna Xiomara Castro.

Llegan a míseros poblados a ofertar miles de empleos, decoro, salud, educación, a promover el turismo interno, a apoyar al emprendedor a bordo de lujosas camionetas o, en su caso, en helicópteros, y apenas sujetan el mando se van de vacaciones con todo y sus hijos para Europa, invierten el dinero robado en los charcos de Panamá, Punta Cana y Europa y, al final, “el ladrón soy yo”.

ADEMÁS: 'Orgullo' de delincuentes

DOBLEZ

Un candidato al sillón no puede sentir pobreza ni el dolor del haraposo trepado en pompas. Eso sella el lado oculto y fachoso de pretendientes cínicos, doble moral que nomás llegan a Casa Presidencial toman un vuelo de dos o cuatro kilómetros hacia su residencia porque el o los autos blindados a su orden son poca cosa, un riesgo para sus codicias y locuras en un país con infinidad de calamidades e injusticias.

El próximo jefe de Estado debe ser un verdadero humano, coherente y consecuente con el entorno. Su optimismo debe estar ligado a la realidad y no con su fanatismo, ni con su ego ni con su vanidad. Aquí no es de izquierdas ni de derechas si con las dos irán a robar. No estamos para tientos con nadie.

Urge un mandatario laborioso y no rabioso; de probada y no comprada decencia en una prensa malsana, labiosa, onerosa, la querida del sistema maloliente. Veremos si el próximo mandatario se despoja de lujos y castiga al corrupto o es otro más del montón que con solo calentar pedestal se le derrite el colorete. Cada quien cae por su propio peso.