TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Hilo de dotes debe poseer el general Carlos Cordero, un veterano bombero local, para ganarse –con la bendición del clero– el digno y delicado cargo de embajador ante el Vaticano que, curiosa y extrañamente, no recayó en un real “doctor” de la diplomacia, de esos que, fatuos, rellenos de idiomas y ansias, podrían estar o no, pasmados ante tal elección.
Sin conocer a fondo su hoja de vida, de Cordero nomás supimos que dirigió seis meses la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) y de sus pocas alocuciones, leyendo titubeante, folletos por la emergencia del covid-19.
Ah, también de unos rumores de que la mayoría de su prole come del Estado y que, a su edad, está pollón e indomable. “De esa chica, yo estoy enamorado…”.
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Mareros
Claro, no es de asustarse de que el “Servicio Exterior” siga siendo letrina si hace unos días se informó de dos “diplomáticos” que, al modo de aquel canciller, fueron detenidos por policías estadounidenses pues, a su incultura catracha, venían borrachos y manejando a exceso de velocidad. Sus nombres están en reserva porque seguro son pandilleros de ralea.
Extraño sería que la “carrera diplomática” sea honrada y no robada. Vale un pito cuando lo que pesa es el pito o lo que aloca el pito. Inaceptable, desde todo punto de vista, que cualquier tonto, tonta o abusivo nos “represente” si lo que representa es una vergüenza para el país por mera ambición de los sinvergüenzas que los ponen o los recomiendan.
No soñamos con vernos –como sinfín de sabelotodose_SEnD ecuménicos, indispensables de las letras o “vaca sagrada” del periodismo, pero una cosa son las componendas políticas de cada régimen para emplear a sus adictos o parientes y, otra, cómo se componen a damas y caballeros en sillones o escritorios, testigos mudos del desenfreno. ¿Olvidaron lo sucedido en Colombia y Panamá?
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Grosor
La diplomacia es otra ramera, de eso no existe duda. Desfilan reporteros(as), sus hijos(as), selváticos, bolos y curvas bien alineadas, sin importar su sabiduría; solo vale el tamaño de su padrino del mundo político o empresarial. De “doctor” se tratan en su submundo de engreídos. ¿Mentimos? Zapatero a tus zapatos y la zapateada la soporta nuestra nación.
Un alto funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores exige a sus subalternos que lo llamen “embajador” cuando más parece un “bajador”.
Fuerte el tufo de muchos ridículos con un ápice de poder. Así también califican a pinches señoras rancias o no, que ni con colorete se le quita lo lobas que son, gracias a la diplomacia de su tocador. ¡Amor, ya me voy!
El bombero va de “cordero” a recibir la hostia o su arresto en el Vaticano, según la Fiscalía. Irónicamente, obtuvo la ofrenda del catolicismo que suma otra pieza vital en esos paraísos terrenales y no celestiales.
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Demás está opinar por puestos aquí o allá, si los de arriba nunca oyen por estar libertinos unos encima de otros(as) en esas calientes áreas de la diplomacia donde el “dios” de muchos es amansar y saciar placeres en caminos que parecen de salvación y son para su perdición. Escupen lo sacrosanto quienes prometen respetarlo. ¡Blasfemos!
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