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Artículo de Octavio Carvajal: ¡Políticos versus geopolítica!

Tino Que nadie se pierda. Quien llegue al podio presidencial no arreglará el caos general, nadie es mágico. Los astutos arreglan sus negocios
07.11.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS. No hay tales de que la crisis del país aflige a chorro de políticos que cambian de color y de bando para valer sus intereses y picardías. Unos que míseramente sujetaron el poder bajo el conservadurismo y una zurda oculta, hoy, sin pudor, con solapa, derriten ansias por el ultrajado trono. Desde otros armarios buscan sofocar su hedor bañados en falsas fragancias de decoro.

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La presidencia de la república es, sin duda, su banco particular y familiar. Apátridas juran amor, respeto y ética por la patria y nomás toman se sientan, muestran su lado furtivo, lo bandidos que son, su desenfreno por lo ajeno. Atracan con todo; su merienda diaria son suculentos trinques pactados en el más alto cargo aspirado por lobos vestidos con piel de oveja.

FRÍOS

Insolentes conocidos y, para nuestro tuerce, “creíbles” frente a gran parte de la opinión pública ciega, sorda, muda, engañada a su provecho. El pedestal ansiado por muchos es su letrina, el sumidero de tirados y estiradas hechos millonarios con labia trivial, tonta, que inclina mentes débiles en pleno adelanto y sacude las tripas más vacías y necesitadas a todo nivel.

El haraposo aún cree en “cambios” con los mismos, y los mismos, de un bando y de otro, nunca cambiarán. Una cosa es el muerto de hambre de calle y otra, el muerto de hambre por cargos públicos, donde no solo nos mete su dentadura, sino que nos clava a toda su parentela y, de ribete, a su amante. El de abajo siempre estará y servirá de escalón para todos los que aseguran y gozan su rico escalafón.

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Pasma ver a otrora azules, rojos, amarillos y verdes en otras bandas. Así su “moral” y todo por sujetar o alcanzar el poder, triturando “enemigos” con el mismo fin: atrapar el codiciado, pero violado, sitial presidencial. El ir y venir de agravios son zancadillas de compadre hablado de grandes delincuentes liados a fraudes estatales y hasta tráfico de drogas con la venia de uniformados, pero “el narco soy yo”.

DOLOR

Nada cambiará con desteñidos y camuflados para reñidos, ansiados y delicados cargos que, paradójicamente, les otorga el mismo descontento popular. En medio del desbarajuste que nos arropa, los políticos buscan, según ellos, entonarse hacia un electorado disímil al de hace diez años, tanto en su porción, en su credo, en edad y en lo académico que erra olímpicamente casi todo el tiempo.

El país no se salvará ni con la izquierda ni con la derecha si con las dos roban, matan y transan mientras besan y abrazan los más paupérrimos barriales pidiendo el voto que botan subidos en los más dignos puestos públicos. Si un presidente miente y roba cínicamente, ¿qué podemos esperar de sus subalternos, de sus cobijas? Dime con quién andas… y te diré que eres otro ladrón más hablando de pureza… ¿de la coca? ¡No! De tus actos.

No obstante, en medio de ese estire y encoge de los políticos, los percudidos y los “dry clean” -al modo de vaqueros urbanos- buscan afanosamente enamorar a un electorado harto de sus hartazgos, a lomos de gruesos atracos, de pactos entre corruptos que ponen las trampas y sus salidas para darle atol con el dedo a las mayorías. Millón y medio de votos por libra y media de frijoles.

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CRISIS

La corruptela es casi general, aunque otros (as) son insaciables. A días para ir a votaciones, los ojos del mundo están puestos aquí, y no precisamente por su vaivén político por más de una década, sino porque hoy, igual que Guatemala y El Salvador, es un valioso aporte en temas geopolíticos para las grandes naciones. Un cupón de oro para turbantes y fatuos religiosos.

Al norte igual se le agrió esta zona y metió toda su lupa en el Triángulo Norte. Busca -con actores propios- un castigo más cruel para los corruptos, lavadores y narcos que optan huidas en la región con aliados que dejaron de compaginar con la escuela imperial. Nayib Bukele desertó y Daniel Ortega -con otra mente- se ve generoso con unos y seguiría siendo buen huésped para el nuevo gobernante. ¿Verdad, Barquero?

Claro está que los catrachos definirán al ganador, que no será un caído del cielo ni un innovador (a) cuando deberá acomodarse a leoninos intereses locales y foráneos que arreciarán acciones para someter a bandidos de cuello blanco. La moneda está en el aire, las encuestas nomás hacen proyecciones que lactan el ego de los héroes en contienda. Políticos contra geopolítica cerrando filas.

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