Todo un manto de incertidumbre se ha desplegado en torno a la muerte del joven Óscar Roberto Ramírez
(17), hijo del exdirector de la Policía Nacional, comisionado general Ricardo Ramírez del Cid.
El joven y sus dos guardaespaldas, miembros del escuadrón policial Cobras, fueron atacados la noche del domingo por sujetos fuertemente armados, mientras compraban comida en un negocio de la colonia Altos de Toncontín de Tegucigalpa.
Y es que mientras la policía maneja el caso como un posible asalto, hay muchos que creen que detrás del hecho sangriento puede haber participación policial o del crimen organizado.
Estos dos extremos fueron manejados como hipótesis por el actual director policial, comisionado Juan Carlos Bonilla, quien expresó que todas las posibilidades serán investigadas.
Y es que, en los últimos meses, la institución ha entrado en un obligatorio proceso de depuración, donde han salido a relucir las atrocidades criminales cometidas por miembros de la institución policial vinculadas al crimen organizado.
Pero no se descarta que el hecho pueda ser una especie de venganza de redes criminales que habrían sido afectadas por Ramírez del Cid mientras estuvo al frente de la institución.
Se investigaba si otra víctima mortal, de nombre Elvin Antonio Palma, que presentaba 10 impactos de bala, tendría relación con el hecho en Altos de Toncontín.
Testigos afirman haber visto a unos 10 sujetos ingresar al negocio y disparar contra los clientes, dejando un saldo adicional de cuatro heridos.
El joven Óscar Roberto Ramírez Umaña, de 17 años, llegó en busca de comida, ya que minutos antes había jugado fútbol con amigos en una conocida cancha entre la colonia América y Las Hadas.
Según lo informado por sus amistades, el joven era estudiante de último año de la escuela Del Campo Internacional y ya había comenzado a gestionar becas para estudiar su universidad en el extranjero.
Los elementos “Cobras” que perdieron la vida son Abrahan Gúnera, de 30 años, originario de Choluteca, residente en Lomas de Toncontín, y Carlos Armando Lira Turcios, de 29.
Gúnera recibió siete heridas de bala que le provocaron la muerte al instante.
Mientras tanto, Ramírez Umaña y Lira Turcios expiraron en el hospital Escuela, el primero de cuatro balazos y el segundo de 13 en diferentes partes del cuerpo, según el informe de la Policía.
Según el dictamen preliminar, los tres murieron de trauma encéfalo craneal abierto producido por disparos de arma de fuego.
Heridos
En el tiroteo resultaron heridos Nolvia Yohana Sierra Meza, de 18 años; Vilma Aracely Castillo Mendoza, de 18 (empleadas del restaurante), así como José Heriberto Izaguirre Chacón, de 57 años, y Luis Felipe Rodríguez Maldonado, de 25, de quienes no se lograron conocer los demás datos generales.
Alrededor de la 1:35 de la madrugada la Policía tomó nota del cadáver de un hombre no identificado, de 40 a 45 años de edad, quien tenía un tatuaje en forma de araña.
Familiares del fallecido llegaron a la morgue capitalina y lo identificaron como Elvin Antonio Palma, quien recibió 10 balazos.
Relación de hechos
El escueto informe de la DNIC establece que, de acuerdo a las versiones de testigos, a las 8:55 de la noche varias personas se encontraban en el negocio ingiriendo sus alimentos y que, de repente, se estacionó un vehículo de donde se bajaron varios sujetos que ingresaron al local y comenzaron a dispararles.
El saldo del tiroteo fue la muerte del joven estudiante y de sus dos guardaespaldas.
Según el informe de la Policía Metropolitana, los autores materiales del sangriento ataque fueron 10 individuos armados, supuestos miembros de la Mara 18, lo que está en proceso de investigación.
El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Hector Iván Mejía, dijo que Ramírez Umaña venía de una actividad deportiva, pasó por el lugar, aparentemente porque iba a comprar comida antes de llegar a la casa. Agregó que en ese momento fue abordado por quienes le quitaron la vida.
La versión que conoció EL HERALDO es que el joven salió de las canchas deportivas ubicadas en la colonia Las Hadas en una camioneta marca Nissan Pathfinder color negro.
De repente se estacionaron dos camionetas, una marca Toyota CRV, color blanco, y otra de características desconocidas, de las cuales se bajaron unos 10 individuos que ingresaron al lugar de forma intempestiva.
Armados con ametralladores Uzi, les dijeron a los presentes que se trataba de un asalto, por lo que los dos policías “cobras” reaccionaron con la intención de repeler el ataque, desatándose una nutrida balacera que duró varios minutos.
Los maleantes se dieron a la fuga con rumbo desconocido, sin llevarse el dinero del negocio, según dijo un testigo, mientras la Policía realizó fuertes operativos con el fin de darles captura.
“La cajera dejó la gaveta abierta, porque se puso nerviosa, pero no se llevaron nada de dinero”, dijo el testigo.
Diligencias
Las autoridades competentes realizaron el reconocimiento legal del cadáver de Gúnera en la escena del crimen, mientras que equipos de la DNIC iniciaron las investigaciones orientadas a esclarecer el caso.
Técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares realizaron la requisa en la escena donde encontraron una pistola marca CZ calibre 9 milímetros, una chapa policial y más de 40 casquillos de bala, según reveló una fuente policial.
También inspeccionaron la camioneta propiedad de Ramírez del Cid, donde hallaron otra arma de fuego fusil de uso policial.
Los restos mortales de Óscar Roberto fueron retirados a las 9:10 de la mañana de la morgue capitalina por su padre, José Ricardo Ramírez del Cid, según consta en el libro de registro.
El cuerpo es velado en funerales San Miguel Arcángel de la colonia Alameda, donde asistieron altos oficiales de la Policía Nacional. Este día serán sepultados en un cementerio local.
Los cuerpos de los dos policías también fueron reclamados en horas de la mañana para su velatorio y posterior sepultura.
Varias rutas de escape tenían los criminales
En la zona se detectaron cinco rutas de escape, una que conduce a la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) y otra que conecta a la colonia Lomas de Toncontín con el anillo periférico y que sigue la ruta hacia las salidas del sur y del oriente.
Una tercera se dirige a la aldea de Mateo, otra va hacia el centro de la ciudad, pasando frente a la terminal aérea y la colonia América.
Los cuerpos de investigación policial tratan de establecer la dirección que pudieron haber seguido los asesinos. Rutinariamente, la policía mantiene retenes policiales en la entrada a Lomas de Toncontín, en el sector de Las Uvas, en la salida al sur, frente a la posta de Loarque y en el sector del aeropuerto Toncontín. Una fuente policial reveló que varios equipos de inteligencia trabajan en las investigaciones orientadas a esclarecer este hecho criminal.
En la zona del crimen no hay cámaras visibles del proyecto Ciudad Segura, pero sí serán solicitados videos del complejo deportivo, ya que desde ahí le pudieron haber dado seguimiento al joven Ramírez.