El equipo de EL HERALDO quiso vivir la experiencia y nos aventuramos en busca de “tesoros”. Con 200 lempiras, mucha creatividad y sobre todo, ropa cómoda, mi compañera y yo nos fuimos al Paseo Liquidámbar, centro de Tegucigalpa, para ver qué podíamos comprar con ese presupuesto en tiendas de ropa de segunda.
Eran casi las 12 del mediodía, hacía un fuerte Sol, el bullicio muy típico de la zona, pero entonces, un enorme y colorido cartel, anunciando precios bajísimos, hicieron brillar nuestros ojos.
La primera tienda a la que llegamos ofrecía ropa a tan solo 30 lempiras, eso era para nosotras una verdadera ganga. Decidimos entrar, el guardia de seguridad nos detuvo para pedirnos que dejáramos nuestros bolsos, una medida utilizada para evitar robos.
Pasamos y en grandes tarimas la ropa estaba seleccionada por categorías, ropa de mujeres, niños, juguetes…Casi de inmediato empezamos a hurgar entre toda aquella ropa que emana un olor característico, no fue difícil encontrar las primeras prendas, todas en buen estado. Ahí gastamos alrededor de 60 lempiras.
Con las típicas bolsas negras, salimos del lugar y a menos de un metro, otro vendedor nos ofrecía lo que nos pareció un verdadero ofertón, todo a 10 lempiras. La historia se repitió, pudimos encontrar ropa a bajo precio y funcional.
Con gran parte del presupuesto ya gastado, pero con tanta ropa como para casi renovar el closét, seguimos caminando; a medida recorríamos el paseo pudimos observar como las grandes tiendas de marca han cedido sus espacios a este mercado que con los años toma mayor fuerza y afianza su presencia en la economía del país.En la tercera tienda nos encontramos a una señora de aproximadamente 50 años, que con gran afán corría los ganchos y efusivamente me dijo “hoy ponen ropa a 1 lempira, pero el sábado a las 11 de la mañana abren fardos y esa ropa está buena y es de marca. Mi familia y yo solo de aquí nos vestimos”, sonrió.
Las tiendas no tiene un día común establecido para ofrecer nuevo surtido, pero algunos de los dependientes nos indicaron que los jueves y fines de semana suelen abrir fardos.El lugar estaba bastante concurrido, en el fondo pudimos observar a otros capitalinos buscando ropa, estos no parecían personas de bajos recursos. Y es que en la actualidad comprar ropa de “bulto” no es una práctica que solo las personas con escasos recursos hacen, por el contrario, es una alternativa para muchas personas que les gusta vestir a la moda, pero sin gastar mucho.
Según un reportaje de la BBC de España realizado en el 2015, basado en cifras de las Naciones Unidas y con argumentos de Andrew Brooks, profesor de estudios de desarrollo del King's College de Londres, en su libro Clothing Poverty, Estados Unidos es el principal exportador de ropa usada a nivel mundial, este seguido de Reino Unido, Alemania, Corea del Sur y Holanda.
Para ese año la gigantesca industria global de ropa usada de los Estados Unidos movía 687 millones de dólares, en la actualidad la cifra ha aumentado, de los cuales 23 millones llegaban a Honduras, siendo superado por Guatemala que recibía 55 millones en ropa de segunda.
Llevábamos una hora de tienda en tienda, las manos ya cansadas de cargar varias bolsas con al menos 10 prendas cada una y no dabamos fin. Entre más caminábamos, encontrábamos más tiendas. Algunas incluso clasifican la ropa por su estado. Algo similar a lo que ocurre en su punto de partida, donde la ropa es empacada de acuerdo a la región de procedencia. El medio antes citado indica que si por ejemplo la ropa va hacia Europa, se incluyen más abrigos y artículos generadores de calor, en resumen de acuerdo al clima del país. Con el presupuesto a punto de acabar y con únicamente los 13 lempiras para el pasaje de regreso la aventura terminó, llegamos a la sala de redacción y reunimos a nuestros compañeros para mostrar todo lo que logramos comprar. Entusiasmadas y con pruebas, mostramos que sí es posible armar más de un conjunto con 200 lempiras. Ropa que puede usar para ir al trabajo, una salida deportiva o lo que desee. La experiencia fue divertida.¿Cumplió o no el reto, el quipo de EL HERALDO de poder comprar varias prendas de vestir con L 200? A continuación las conclusiones: