TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Ante el cierre de la Región Metropolitana de Salud (RMS) por parte de los colectivos de Libertad y Refundación (Libre), EL HERALDO entrevistó a Jorge Samael Cálix, director de la entidad, con el objetivo de aclarar la situación de esta incertidumbre sanitaria.
Con el cierre de la dirección por parte de los activistas de Libre, ¿la RMS sigue funcionando?
En la Región seguimos trabajando, andamos en diferentes lugares, ya he girado varias instrucciones porque a nosotros nos gusta trabajar y estar a favor del pueblo. Estas tomas entorpecen nuestros trabajos porque de ahí (RMS) se giran las acciones habidas y por haber para todos los 64 centros de salud.
¿Qué se está dañando con estas protestas?
Se nos están interrumpiendo las entregas de medicamentos, lo que hacemos es darle puntos estratégicos a los directores de los centros de salud para que ellos en su carrito se lleven los medicamentos; pero siento que ya se están dando cuenta y que ellos (los colectivos) quieren cerrar el almacén.
Cálix: “Colectivos pertenecen a la Alcaldía Municipal”. En la corporación dicen que los trabajos semanales pueden reponerse en sábado o domingo.
¿Es cierto que fue agredido y ahora está bajo amenazas?
Sí, me golpearon, un tal Alfredo Flores me dio una patada, pero gracias a Dios eso no pasó a más. Eso sí, tengo amenazas y tuve que cambiar de teléfono porque el mío se dañó, pero los audios los tienen algunos de mis familiares para tener un registro. Estoy tranquilo, pero no digo donde camino ni nada de eso.
¿Ya interpuso la denuncia ante el Ministerio Público sobre su integridad y las tomas?
Sí, el Ministerio Público ya tiene las indicaciones, pero no sé qué pasa con la firma de una fiscal, la abogada Lourdes Haroca, porque todo se ha hecho legalmente. Seguimos esperando que nos resuelvan.
¿Ha intentado dialogar con los colectivos de Libre para evitar caer en pleitos?
Soy una persona de paz y siempre he estado abierto al diálogo, pero reconozco que estoy molesto y y bien triste por lo que está sucediendo. Pero lo que pasa es que estas personas son prácticamente renuentes, no saben lo que es dialogar, no saben lo que es llegar a conclusiones, y en los diálogos hay momentos en donde una de las partes debe ceder.
Renunciar, ¿lo consideró?
La verdad estaré hasta donde Dios me tenga y las autoridades, porque son a quienes yo me debo. Tengo mucha fe de que esto va a terminar y siempre he tratado de acercarme a la paz.
¿Qué hará en caso de no lograr nada con las personas de Libre?
Voy a gestionar todo esto en nivel central, con el ministro de Salud, para que solvente esta situación para que todo llegue a su fin. Cabe recalcar que la mayoría de esa gente son familia de Maribel Ortiz (dirigente del colectivo) y, para que quede claro, ella no pertenece a Salud, sino que trabaja para la Alcaldía; no sé qué pasa con el alcalde que no los pone a trabajar.