TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La esperanza de vida de los hondureños en 2023 fue la tercera más baja de Centroamérica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo a los datos, Honduras ocupa el cuarto lugar de los seis países de la región respecto a la expectativa de vida al nacer; en primer lugar con 80.3 años de vida en promedio está Costa Rica, le sigue Panamá con 78.6 años y Nicaragua con 74.8 años de vida.
Honduras se ubica en la cuarta posición con 73.5 años de vida en promedio, en quinto lugar está El Salvador quien reporta 73.4 años y Guatemala con 70.2 años de vida, siendo el más bajo en la región.
¿Qué es la esperanza de vida y qué significa?
De acuerdo a la OMS, la esperanza de vida es el promedio de años que viviría una persona; en ese sentido, los hondureños en promedio están viviendo un poco más de los 73 años.
Este indicador es un parámetro que ayuda a determinar el desarrollo del sector salud en un país, lo que significa que los hondureños al tener una de las expectativas más bajas de la región, es el reflejo de los múltiples desafíos que tiene el sistema sanitario público que no permiten brindar un servicio oportuno y de calidad a la población.
En el informe “Estado de País: sector Salud”, presentado a inicios del año por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) señala que los hondureños tienen un año menos en su esperanza de vida en relación con el promedio centroamericano, lo que pone en evidencia los desafíos que sigue enfrentando el sistema de salud.
La organización de sociedad civil le atañe esta situación a factores como la crisis de gobernabilidad, falta de planificación y la improvisación que se viene dando en el sistema sanitario, “lo que conllevan que no se tenga un sistema de salud con enfoque integral”.
Agrega que la prevalencia de enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, presión arterial, problemas renales y otras enfermedades cada vez demandan mayor atención del sistema sanitario estatal; sin embargo, este no es capaz de dar respuesta a la población, lo que termina afectando especialmente a los más vulnerables.
“A medida se mejora el sistema de salud y las condiciones sanitarias del país, debería de observarse mejoras sustanciales en la esperanza de vida de la población”, concluye.
Aumento de la esperanza de vida, según el INE
Los datos que establece la OMS no coinciden con los que tiene el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) quien señala que en la última década la expectativa de vida de los hondureños al nacer ha ido aumentando, hasta llegar al 2023 a los 77.3 años en promedio.
Las cifras del INE detallan que entre 2013 y 2023 la expectativa de vida de los ciudadanos aumentó 2.4 años en promedio, pasando de 74.9 años en 2013 hasta llegar a los 77.3 años de vida al 2023.
Esa expectativa se hace mayor al diferenciarla por género; en ese caso, las mujeres viven 81.1 años promedio, frente a 73.6 años que viven los hombres.
Para el sociólogo Rolando Sierra, los grandes factores que tienen que ver con el aumento de la esperanza de vida en Honduras son los genéticos y ambientales.
“En los ambientales lo que determina el aumento de la esperanza de vida es en primer lugar una dieta saludable, es decir, que las personas consuman alimentos nutritivos, también tiene que ver factores de higiene; pero especialmente tiene que ver con el acceso a la salud; en un país con mayor acceso a la salud preventiva esto va incidir en mayor esperanza de vida de la población”, dijo.
Por su parte, Héctor Figueroa, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (IIS-UNAH) indicó que también tiene que ver con las condiciones de vida que tenga la población, no solo en el sector salud, también en el educativo.
“Un niño que no se educa está condenado a tener un trabajo precario de subsistencia, en cambio, una persona que recibe la educación que le corresponde en la edad correcta para poder ingresar al sistema de educación formal es una persona que va a estar preparada para el futuro; va a tener un mejor empleo, un mejor ingreso y obviamente eso le ayuda también a tener un mejor acceso al sistema de salud” explicó.
Según los datos del INE, la esperanza de vida al nacer en el área urbana es de 77.3 años en promedio; sin embargo, en el área rural esa esperanza se reduce 4.7 años, llegando a los 72.6 años en promedio.
Figueroa expresó que en la zonas rurales las personas tienen menos acceso a sistemas básicos como salud y educación, por lo que los años promedio son más bajo.
“En la zona rural hay escuelas que son unidocentes, por lo que a los niños les toca caminar cinco o diez kilómetros para poder llegar al centro, todo eso influye en la esperanza de vida”, argumentó.
Falta de apoyo a los adultos mayores
Si bien los datos del INE establecen que la población hondureña actualmente vive en promedio más años, eso no significa mejores condiciones cuando lleguen a su etapa de adulto mayor; al contrario, ser adulto mayor en el país se ha convertido en un gran desafío.
Los entrevistados coinciden que el Estado tiene un gran reto que se debe plantear el tener una esperanza de vida más alta y es cómo se prepara para atender a la población adulta mayor.
El director del IIS-UNAH, expresó que Honduras es uno de los peores países de América Latina para envejecer, debido a la vulnerabilidad de derechos que tiene la persona adulta mayor.
“Más del 90% de las personas adultas mayores están trabajando porque están solos, son pobres y no tienen quien les ayude económicamente, entonces tienen que trabajar para llevar comida a sus hogares. Y en un país donde el sector informal supera al formal, significa que esas personas no tienen pensión, previsión, jubilación, entonces qué les espera, quienes los van a mantener”, cuestionó.
Actualmente, son más de 2.7 millones de hondureños que se enfrentan a un futuro incierto en su vejez debido a la falta de cobertura de seguridad social.
Según los datos de la encuesta de hogares del INE, la fuerza laboral en el país asciende a 3,639,092 personas, de esas solo 865,229 están afiliadas al Seguro Social, lo que indica que 2,773,863 personas corren el riesgo de llegar a la vejez sin seguridad financiera.
Ante esos datos, los entrevistados opinan que el Estado debe desarrollar acciones para ampliar la seguridad social y los institutos de previsión con el objetivo que los hondureños tengan una vejez digna.