SAN PEDRO SULA, HONDURAS.-¡Heridas abiertas! Iota pasó hace dos semanas por Honduras, el daño lejos de disminuir, aumenta, entre toneladas de lodo los afectados buscan consuelo ante tantas calamidades.
En las calles del valle de Sula se respira tristeza, bajo los puentes se refleja miseria, en los albergues hacinamiento, el nivel del agua no ha bajado del todo y la lluvia persiste en una pesadilla que tiene de rodillas al pueblo.
La solidaridad está presente, a las puertas de la Navidad los catrachos mostraron su mejor versión dando de lo poco que tenían, las ayudas están llegando, el gobierno trata de cumplir su papel, el tiempo juega en contra y ante la incertidumbre de dónde vivirán, miles viven desesperados por respuestas.
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Pimienta, Omoa, La Lima, Choloma, Chamelecón en San Pedro Sula, Villanueva, El Progreso son el reflejo del desastre, aunque en todo el territorio hay daños y necesidades especiales.
En El Progreso, aunque las lluvias han bajado su intensidad, los niveles de agua se resisten a hacer lo mismo. Más de 704 aldeas siguen anegadas y con sus accesos inhabilitados.
En La Mosquitia, Gracias a Dios, el hambre arrecia, las ayudas están, pero la geografía de la zona impide la distribución.
Las acciones de limpieza comenzaron desde hace varios días en algunas zonas, pero las montañas de lodo se multiplican en una tarea que casi parece sin final.
EL HERALDO accedió al informe de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) para mostrar las acciones realizadas, afectaciones, damnificados, albergues y destrucción.
Hasta ahora, el cálculo de los daños no ha sido contabilizado; esta semana se tendrá claridad.
El daño millonario es tal que la Secretaría de Finanzas (Sefin) y el Congreso Nacional (CN) deben reformular a la realidad económica del país, el Presupuesto General de la República 2021.
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A levantarse
Palas, carretas, baldes con agua y mangueras desfilan en las manos de miles de damnificados.
Con el nivel del agua disminuido, es hora de trabajar o por lo menos visitar las colonias, algunos encuentran sus viviendas, otros pedazos de ellas, cientos simplemente no las hallan.
Insinuar que algo sirve adentro de las casas que siguen pie es una falacia, los artículos son historia en cerros con basura.
El informe preliminar apunta que 54,543 viviendas resultaron afectadas y 3,685 dañadas.
Se habla de una reubicación masiva, pues hay zonas que desde ahora en adelante serán inhabitables por su vulnerabilidad ante futuros desastres.
Las calles son cementerios de vehículos, por ahora no son prioridad, aunque más de algunos los empujan para sacarlos y ver si de milagro tienen arreglo.
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Persisten las caras largas, apenas unas cuantas sonrisas de los que apoyan con la limpieza, los afectados directamente no salen del impacto de ver cómo su patrimonio se vino abajo.
Solo por Iota, Copeco detalló que fueron más de un millón de afectados de los cuales más de 95 mil están damnificadas en albergues de todo el territorio.
El departamento con mayor cantidad de afectados es Cortés (348,978), sigue Yoro (225,235), Olancho (117,824), Colón (98,393), Copán (54,498) y El Paraíso (54,271), por mencionar unos. El fenómeno mató a 21 personas que se suman a los 77 que ya había dejado Eta.
Lempira cargó con la mayor cantidad de fallecidos (8), seguido por Ocotepeque (7), en Cortés las acciones de prevención surtieron efecto para evitar desgracias (3 fallecidos).
Aún hay tres personas desaparecidas con nulas esperanzas de que las encuentren con vida.
Según detalló Copeco, hay más de 224 mil hondureños incomunicados por la destrucción de infraestructura vial, esta situación dificulta la entrega de ayuda a miles de afectados.
A detalle se destruyeron 25 puentes, 24 están dañados y 742 carreteras afectadas.
En el tema de los albergues es muy sensible, especialmente en el valle de Sula, donde las personas están optando por estar en las calles.
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Para ellos estar cerca de sus viviendas, aunque estén inundadas, es mejor, pues temen que los dueños de lo ajeno encuentre provecho y les arrebaten lo que les quedó.
Copeco detalló que hay 1,011 albergues habilitados en todo el territorio, hay serios problemas de hacinamiento, se han reportado abuso de menores y hasta fugas de privados de libertad.
Ayer más de 500 limeños fueron asistidos por médicos que realizaron una brigada médica en la entrada de la colonia Planeta, ante el colapso de los centros de salud.
Las tareas de limpieza se van a extender al menos por un mes, la Navidad más dura está a las puertas para una población golpeada pero viva...
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