Tomando palabras del expresidente Manuel “Mel” Zelaya Rosales, quien acusa de “dictador”, “usurpador” y “corrupto” al mandatario Juan Orlando Hernández Alvarado, nada mal es recordar el pasado reciente, los abusos y la corrupción en los últimos tres gobiernos. Cada quien tiene un historial que brevemente definimos para bien de la nación.
Nos ha salido oneroso el fuego abierto de “Mel” contra JOH en la lucha por el trono. El olanchano insiste que el lempireño forma parte de la estructura que lo sacó del poder a punta de tiros en junio de 2009. Vale más que no sufrió daño alguno y que no lo metieron en un pozo malacate como ocurrió en Los Horcones, una matanza aún impune.
Cerebro
Para Zelaya Rosales –quien educó para la reelección durante dos años continuos de su mandato- Hernández Alvarado es un “tirano” porque logró un segundo período al hilo afeitando artículos constitucionales. Lo que antes era bueno para él y su grupo, ahora es “ilegal”. Cada quien con su tropa y su partido cuida la tortilla. Así nos pajean
los políticos.
Más de nueve años que, por codicias personales de un lado y de otro, no salimos a flote de un aprieto institucional donde los podridos incitan al odio en una sociedad polarizada por sectores antagónicos estériles, mantenidos de la burocracia, abusivos y manirrotos de lo público. Y lo peor, verlos vendiéndose como santos ante los incultos siendo corruptos.
A nuestro criterio, la ambición desmedida de los políticos nos tiene en crisis cada cuatro años. No les importa un ápice el desbarajuste inmanejable que nos infringen en todos los aspectos. La reelección –según sentimos- no agrada a todos los hondureños. Es reprochable que tengan incendiado el país desde 2009 y sigan gritándose
como majaderos.
Hemos caído en la trampa de meros tramposos. El expresidente liberal Zelaya Rosales critica que JOH se da lujos de jets, que manda con su tropa particular y familiar, que está erigiendo un Centro Cívico Gubernamental (CCG) carísimo en lugar de edificar un hospital para los pobres y nos parecen válidas sus molestias. El burro hablando de orejas.
F-5
Colgó por los aires y en el abuso. “Gobernó” con sus amigotes y amigotas. Sus hijos eran amos en Casa Presidencial. Como “buenos actores” decían que morían por los haraposos. Si JOH no levantó el hospital, ¿por qué no lo hizo usted? Dirá porque le faltaron seis meses de regencia para justificarse y no admitir que lo turbó su costosa cuarta urna que la pagamos caro con devaluación y
mil impuestos.
Por si lo olvidó, su par Porfirio Lobo Sosa, con quien no se tachan sus jucos mandos, nos metió once leñazos fiscales –con el tazón de seguridad- para “pagar” sus despelotes ¿Quiénes se hartaron el perdón de la deuda y el pisto para reducir la pobreza? ¿Ustedes que hoy son ricos? A lomos nuestros cuidan sus familiones, amantes, cronistas y castillos de políticos corruptos. ¿Mentimos?
Guerrillero
A finales del año anterior e inicios del presente llamó a la insurrección civil porque –según cacareó- “JOH se robó las elecciones del continuismo”. Usted tiene dividida la familia catracha, se divorció de Salvador Nasralla –otro desorientado y aprendiz de la política- y hace unos días admitió que por las “debilidades” del hombre de X-O no pudieron sacar más votos “para ganar”.
Entonces, ¿la Alianza perdió? El señor Zelaya dijo, además, que por las “locuras” de Nasralla hubieran rebasado el “voto rural” de JOH, a quien tilda de “dictador” por un lado, y, por el otro, tácitamente lo vale como Presidente. ¡Caramba! ¿Qué le provocó esta metamorfosis? ¿Extraña Punta Cana? ¿Le dieron 50 pesitos como especulan sus adeptos con aquellos que acusan de oficialistas y los odian
a muerte?
Si lo dicho por “Mel” es totalmente cierto, ¿por qué incendió y trancó el país con Nasralla alegando fraude? Estamos aturdidos por numerosos problemas paridos por esta clase de tipejos que hoy dicen una cosa y mañana otra. Malos partos, políticos baratos, de esquina. O pasan de goma o se la fuman verde. Ojalá los hondureños se aviven ante sus vilezas porque ustedes nacieron, crecieron y viven en alcantarillas.