TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La variabilidad de precios en los comercios locales acompañados de la especulación, es algo que hasta el momento el gobierno no ha podido parar, pese a los constantes operativos en los centros de ventas.
El titular de Desarrollo Económico, Fredis Cerrato, es conocido por referirse a los empresarios, especialmente de este rubro, como “avorazados”, “coyotes”, “acaparadores” y hasta de “piratas”.
Algunos empleadores, entrevistados por EL HERALDO, expresaron su preocupación por los tratos y perciben como negativa la intervención del gobierno en asuntos económicos que desconocen.
Eliseo Castro, empresario capitalino, indicó que “toda mala señal repercute negativamente, no sólo en el país como Estado, sino que en perjuicio de la colectividad porque lo que más se escucha es que la gente quiere como irse del país a raíz de la inestabilidad”.
Argumentó que es necesario mantener un ambiente propicio para la libre competencia y el crecimiento empresarial, lo que requiere un equilibrio entre la regulación gubernamental y la iniciativa privada.
Por otro lado, Adolfo Facussé, exdirector de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), criticó el alto costo del gobierno y los procedimientos burocráticos excesivos que dificultan el establecimiento y operación de nuevas empresas.
“Para abrir una micro o pequeña empresa (en el país) son 164 trámites los que hay que hacer y en muchos de ellos siempre (los burócratas) terminan pidiendo mordida”, denunció Adolfo Facussé.
Además, destacó que “si se rebajaran los gastos del gobierno, los salarios inflados que tienen los funcionarios de gobierno, esas misiones multitudinarias que van para hacer otras cosas en otros países; se reducirían los impuestos”.
José Santos, recién designado en Protección al Consumidor, dependencia de Desarrollo Económico, subrayó la importancia de salvaguardar los derechos de los consumidores y promover prácticas empresariales éticas.
“Lo que nosotros hacemos con ellos (los empresarios) primero es dialogar, luego viene la advertencia y como última instancia una sanción. Pero, a mí no me gusta sancionar a las empresas”, apuntó el funcionario.
Desde una perspectiva más amplia, los economistas señalaron que un clima de incertidumbre y desconfianza podía tener consecuencias negativas para la inversión y el crecimiento financiero del país.
Liliana Castillo, expresidenta del Colegio de Economistas de Honduras (CEH), afirmó: “Esto sólo afecta a los que elaboran diferentes productos. El pueblo y los empresarios somos los que subsidiamos la energía y el combustible. Eso sale de nuestros impuestos”.
Aseguró que lo único que hace aliviar las cargas económicas de varios sectores con subsidios es que todo recaiga en el costo de los productos.
Castillo manifestó que entre el gobierno y la empresa “son muchos los temas que tienen sobre la mesa y que están pendientes de discutir. Y ahí es donde deberían llegar a consenso. No se puede seguir así, porque al final, y ya en términos globales macroeconómicos, esto genera mucha incertidumbre y desconfianza entre los agentes económicos”.
Si bien algunas voces expresaron su preocupación por una mayor intervención estatal, otros apoyaron las medidas destinadas a proteger a los consumidores y promover la equidad en el mercado.
Carlos Ventura, consumidor, manifestó que es bueno que los precios estén controlados, pero “lo que sería mejor es un aumento al salario mínimo”.
Jimmy Maradiaga, un capitalino, comentó que “de qué sirve que el gobierno quiera poner todo barato si el salario es el mismo y no ajusta para nada. Deben incrementar el salario”