TEGUCIGALPA, HONDURAS.- San Pedro Sula y Tegucigalpa son las dos ciudades más grandes de Honduras, donde se localizan los principales mercados abastecidos de diversos productos, como granos básicos y verduras cultivadas en diferentes regiones del país, e incluso otros que son importados desde Guatemala.
Es de resaltar que, según los vendedores y dirigentes de mercados en San Pedro Sula, el 90% de las verduras que llegan a la ciudad son de Guatemala, y el otro 10% provienen de Ocotepeque, Intibucá y Comayagua.
“Soy hondureño y me da pena decirle que hasta los guineos vienen de Guatemala. Vaya y mire todo ese montón de carros con placas guatemaltecas”, aseveró Carlos Flores, expresidente de la Asociación de Locatarios del Mercado Guamilito (Alomerg).
Contrario a Tegucigalpa, donde casi el 100% de las verduras son cosechadas en sus alrededores, como Lepaterique, Soroguara, montaña de Azacualpa, Güinope y Tatumbla, entre otros.
A pesar de que las hortalizas de los mercados de la ciudad industrial son importadas, estas no tienen precios tan altos en comparación con las verduras que llegan a Tegucigalpa, tomando en cuenta que a la capital vienen desde lugares cercanos, lo que, por ende, significaría menos costos de traslado a los mercados.
Por ejemplo, una libra de cebolla roja que viene de Guatemala, en el mercado El Dandy de San Pedro Sula cuesta 22 lempiras, mientras que en Tegucigalpa vale 30 lempiras.
Lo mismo ocurre con la libra de tomate, que tiene un precio de 25 lempiras en la ciudad industrial y 30 lempiras en mercados de la capital.Entre tanto, hay otros productos como el repollo, brócoli y coliflor, que son un poco más baratos en Tegucigalpa, pero no marcan una gran diferencia.
“El tomate, la cebolla y muchos productos más vienen de Guatemala”, indicó Flores.
Don Mario Cruz, vendedor de verduras del mercado El Dandy de la ciudad industrial, expresó que la verdura que viene de Guatemala es de mejor calidad: “El brócoli, coliflor, elote en bandeja, zanahoria, pataste verde, lechuga y remolacha”, enumeró el comerciante.
“Si no fuera por Guatemala, estaríamos en una calamidad”, dijo.
Por su parte, Estefany Castillo, quien vende frescas verduras en la Calle del Comercio de la Kennedy, manifestó que los precios de estos productos son inestables, principalmente en temporada de invierno, ya que los campesinos tienen pérdidas por exceso de agua.
Análisis
El experto en economía agrícola, Efraín Díaz Arrivillaga, expuso que uno de los problemas graves de la agricultura, particularmente en el sector hortícola y frutícola del país, es que toda la distribución está controlada por intermediarios, quienes imponen las ofertas y controlan los precios.
Esto significa que los productores tienen un poder de negociación mínimo. En cuanto a la calidad de productos en comparación con Guatemala, indicó que ellos tienen más control y normas de calidad.
“Una buena parte de estos también son productores mucho más tecnificados que los nuestros, incluso más que los de La Esperanza y Ocotepeque, que son las zonas de producción hortícola más importantes del país”, consideró Arrivillaga.
Otro de los factores es la zona de libre comercio que permite varios beneficios; no obstante, la falta de organización y tecnificación provoca desventajas al momento de competir con otros agricultores, como los de Guatemala.
“Los productores están en desventaja, pero porque a la vez no ha habido las políticas para impulsar esa producción. Porque el tratado no es un fin en sí mismo, es un medio para crear un mercado”, explicó el experto.
Arrivillaga manifestó que, desde un principio, el gobierno tenía que contar con políticas que protegieran al agricultor y aquellos productos sensibles.