TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El sonido del martillo mezclado con el ruido que producen las máquinas de costura y la freidora que poco a poco cocina con aceite las deliciosas tajaditas de banano o plátano para luego venderlas en los diferentes lugares de Tegucigalpa y Comayagüela, son parte del ambiente que se vive en el mercado La Isla, uno de los lugares donde emprenden personas laboriosas que buscan la manera de salir adelante en la primera planta del edificio comercial capitalino.
Estas actividades son alternativas de sobrevivencia para algunos ciudadanos vendedores, sin embargo, no son una solución para todos los comerciantes del mercado, ya que los que se dedican al negocio de ropa y otros productos en la segunda planta del edificio, lamentan lo que viven a diario por la falta de venta en los solitarios pasillos de la Isla.
“Imagínese que solo ustedes y los de la alcaldía han venido. Ya son las 12:00 del mediodía y no he vendido ni una camisa”, lamentó Denis Orellana, quien vende ropa desde hace ocho años en el centro comercial.
Agregó que por varios años La Isla experimenta pocas ventas debido a la falta de publicidad y el desinterés de diferentes autoridades que han pasado por la Alcaldía Municipal.
“Nosotros necesitamos mayor atención, aquí solo sobrevivimos para no dejar nuestros puestos abandonados”, indicó Nery Villalobos, otro de los vendedores de La Isla.
EL HERALDO realizó un recorrido por los diferentes puestos y pudo constatar que muchos de ellos permanecen cerrados.
Por su parte, Marvin Elvir, administrador del Mercado, aseveró que de los 936 locales de la central de abasto, unos 400 trabajan a medio vapor, es decir, que solo los ocupan para elaborar sus mercancías y productos en horas de la mañana o tarde para luego ir a venderlos a otros mercados cercanos a la ciudad capital.
Servicios y productos
El mercado La Isla ofrece diferentes servicios y productos al visitante. Se puede encontrar salas de belleza, barberías y espacios donde venden deliciosa comida.
En los puestos hay diferentes productos de la canasta básica, además de ropa, calzado hondureño y de marca extrajera.El mercado La Isla se abrió en el 2007, en la administración del entonces alcalde Ricardo Álvarez.
La idea de este centro comercial era ubicar a todos los vendedores ambulantes del centro de Tegucigalpa para despejar el área peatonal.
Por su parte, La expresidenta del Colegio Hondureño de Economistas (CHE). Liliana Castillo expuso que desde que construyó el mercado La Isla se sabía que estaba en una zona de riesgo por la inseguridad y las inundaciones que se pueden existir.
Debido a esto, “aunque le inviertan más, no creo que la gente llegue porque sería más bien botar más recursos tratando de incentivar; no obstante, la situación seguirá igual”, explicó la economista.
Propuso que se debería construir un mercado parecido, pero en otra zona más segura de la capital.
Por otra parte, expresó que mientras no obliguen a los vendedores ambulantes a salir del Centro de Tegucigalpa, es difícil que la gente llegue a comprar, pues la idea era ubicar estos comerciantes en estos espacios; sin embargo, a los pocos meses dejaron los puestos argumentando que no vendían.
