EL HERALDO Plus evidenció que el archipiélago es refugio de aves, reptiles, especies marinas y tiene riqueza vegetal. Serna asegura un estudio del impacto ambiental y que la entidad supervisará la obra
9,352 animales silvestres decomisaron a traficantes
La cifra de animales rescatados ha venido en picada desde 2006. Reptiles y aves son los grupos que más decomisan; las aves se quedan en Honduras y los reptiles los trafican fuera del país, dicen autoridades
En páginas web o redes sociales se ven anuncios de personas que venden aves o reptiles. Sin publicar su nombre, los traficantes comparten fotografías de los animales. Las personas interesadas pueden llamar al teléfono que ellos comparten.
jue 13 de julio de 2023 a las 0:0
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Extendiendo su brazo derecho, con el que sostenía cuatro garrobos, un vendedor logró detener un vehículo. Ver a los animales de cabeza, atados de las cuatro patas para que al ser colocados en el suelo no se escaparan, llamó la atención del equipo de EL HERALDO Plus.
“¿Cuánto por este?”, preguntó el periodista, quien se hizo pasar por comprador.
“Cuatro cincuenta”, contestó el vendedor de forma apresurada. “Ese pesa porque ese animal es grande; y ese ya se lo pelo”, continuó diciendo al afirmar que no se arruinaba para llevarlo hasta Tegucigalpa.
Él estaba a la orilla de la carretera que conduce a Choluteca, cerca del desvío de Jícaro Galán, en Valle, uno de los puntos donde es común -pero no legal- ver a personas vendiendo garrobos, iguanas, pericos y otros tipos de aves.
Según reportes de la Fiscalía Especial del Medio Ambiente compartidos por el Instituto de Conservación Forestal (ICF), entre 2003 y 2011 decomisaron 9,119 animales silvestres. A esto se suman 235 decomisos concretados por el ICF entre 2013 y 2022. Cabe mencionar que de algunos años no hay reportes.
Esto significa que en 19 años se ha rescatado a 9,352 animales (en promedio 492 por año) que habían sido privados de su hábitat natural con fines comerciales o domésticos (para tenerlos como mascotas).
Tráfico de animales
Apiñadas adentro de un balde rojo, como si no se tratara de una especie protegida -sin mencionar que es el Ave Nacional de Honduras-, una persona vendía guaras rojas en el sitio clasificados.st Honduras.
“En venta guacamayas”, decía la publicación anónima (no tenía nombre del anunciante) que adjuntaba el número de teléfono para quienes mostraran interés.
En esa misma página también promocionaban la venta de camaleones velados y dragones barbudos “a precios accesibles”.
“Por precio de introducción estamos bajando el precio de los reptiles en un 30%”, señalaba otra publicación.
Estos dos grupos de animales (aves y reptiles) precisamente son los que más se trafican en Honduras, pues “los usan con fines domésticos o para venderlos”, lamentó Jorge Luis Palma, especialista en espacios naturales protegidos.
Por ejemplo, la especie que más ha decomisado el ICF en 19 años es la iguana verde, un reptil en peligro de extinción que por ser tranquilo suele ser domesticado o simplemente lo usan para preparar platillos exóticos.
En promedio 185 iguanas son rescatadas cada año de manos de traficantes, sin embargo, hay una cifra indeterminada de animales que matan para alimento o para comercializar. Lo mismo ocurre con los garrobos, especie de la que en 19 años han sido rescatados 1,206 ejemplares.
Incluso, los vendedores los exhiben y venden en plena carretera, sin importar que dentro de la Ley de Protección y Bienestar Animal es considerada una falta grave “la venta de animales silvestres o exóticos”, según detalla el artículo 29.
Cerca del desvío a Jícaro Galán, en Valle, EL HERALDO Plus encontró a un vendedor con garrobos y una iguana que medía casi un metro.
“¿Cuál es la diferencia entre un garrobo y una iguana?”, preguntó el periodista que se hizo pasar por un comprador que quería un reptil para preparar una sopa.“Si usted lo quiere más grande, para más carne es este”, contestó levantando la iguana. “Pero para vitamina son esos”, continuó diciendo al señalar los garrobos.
Ambas especies están en la lista de animales en peligro de extinción porque son los que más se venden en la zona sur del país. Los pericos de frente roja, tortugas, loras verdes y ranas de ojos rojos son especies que también aparecen en la lista, así como los venados cola blanca, el Mamífero Nacional de Honduras.
En esos años también se reportó el decomiso de tres caimanes, dos jaguares, un manatí, 44 monos cara blanca y hasta un puma, que fue rescatado en 2006. Ese año y 2005, cuando rescataron 1,997 animales silvestres, reportan el 61% de los decomisos en diez años. Solo en 2006 hubo 3,680 decomisos a nivel nacional.
Incluso, muchos de estos animales fueron rescatados luego de ingresar de forma clandestina a Honduras, según explicó Milton Fúnez Peralta, jefe del puesto de control interno fronterizo en Pavana, Choluteca. El agente policial contó que recientemente rescataron 12 monos cara blanca que supuestamente provenían de San Marcos de Colón, Choluteca, pero que “no sé si hay crianza de monos allí, yo creo que vienen de Nicaragua, vienen de contrabando, y son especies que están en peligro de extinción”, lamentó.
“Nosotros hacemos los controles necesarios y nos ponemos en contacto con la Fiscalía de turno para hacer el trámite correspondiente, si amerita la detención de la persona o solo el decomiso de las especies para hacer el tratamiento necesario”, puntualizó.
Impacto
Más que cometer un delito al traficar con animales silvestres, quienes lo hacen están ocasionando un desequilibrio en el ecosistema, advirtió Jorge Luis Palma.
El experto recordó que hay árboles que dependen de ciertos animales para dispersarse o polinizar. “Tenemos los venados y chanchos de monte que son los que más sufren por cacería y ayudan a mantener el bosque, cierta estructura que debe tener y que unas plantas no crezcan más que otras, son como los ingenieros que le dan forma”, dijo.
Condenó que los pericos y loros estén en peligro de extinción porque las personas los agarran o compran para domesticarlos. Mientras que las iguanas o garrobos los matan y los venden para preparar platillos exóticos. Quienes lo hacen aseguran que es su única forma de sustento, debido a la situación económica que golpea a la población del sur de Honduras.
“Se debe establecer un modelo de aprovechamiento de estas especies más ordenado, que asegure que la población de estos animales silvestres no va a correr riesgo, y combinarlo con una forma de crianza in situ, como granja, para que su consumo sea más responsable”, sugirió.
Además, pidió a las autoridades “poner más énfasis en sus acciones para limitar este tipo de cosas”, especialmente cuando hay personas que se dedican al tráfico de animales silvestres sin importar que están extinguiéndolos y alterando el ecosistema.