El Consejo de Educación Superior realizará un análisis sobre la situación de algunas profesiones respecto a la demanda del mercado laboral
Con raquítico presupuesto, Universidad Pedagógica forma a futuros docentes
El dinero debe ajustar para mantener once centros regionales y un campus central. Aunque en los últimos años su matrícula ha disminuido, anualmente sigue graduando un promedio de cuatro mil nuevos docentes
La Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán graduó en año pasado un total de 5,047 nuevos profesores, quienes poco a poco se insertarán en el sistema educativo nacional, que cada día demanda nuevas competitividades.
mié 14 de junio de 2023 a las 0:0
07:48 min. de lectura
TEGUCIGALPA, HONDURAS. Para impulsar los cambios que demanda la implementación de la Ley Fundamental de Educación y el cierre de 14 normales, la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) ha tenido que hacer malabares con su presupuesto, que en papel establece una cosa, pero en la realidad es otra.
Tales asignaciones no son acorde con la demanda que plantea la nueva normativa, publicada en el diario oficial La Gaceta el 22 de febrero de 2012.
Esta ley, al promover un nuevo modelo educativo, no solo le dio el tiro de gracia a las normales, sino que exige que la nueva formación de docentes debe pasar a nivel de licenciatura.
La carga formativa de los nuevos y futuros profesores recae sobre la UPNFM, institución que debe implementar reformas que permitan que los egresados cuenten con nuevas competencias, avanzados criterios metodológicos, conocimientos de tecnología y de inglés, entre otras cualidades.
Sin embargo, en los últimos diez años, para realizar los cambios, esta universidad no ha contado con el apoyo decidido del Estado.
De acuerdo con el Presupuesto General de la República, publicados anualmente en La Gaceta, para el 2012 los recursos del tesoro nacional asignados a la UPNFM fueron de 437.7 millones de lempiras y para el 2023 de 667.3 millones lempiras, es decir apenas un incremento de unos 230 millones de lempiras.
Los montos anuales no incluyen los ingresos propios que generó la universidad.
Han existido años cuando el presupuesto, en vez de subir, bajó. En el 2017 la asignación de fondos estatales fue de 590.3 millones, pero al siguiente año se redujo a 556.8 millones de lempiras.
En el 2019 el monto subió a 589 millones lempiras, luego en el 2020 se le quitó un millón y para el 2021 cayó a 555.1 millones de lempiras.
Para el 2023 la cantidad asignada por el Estado fue de 667.3 millones, más 35 millones generados por la UPNFM, que hicieron un total de 702,254,405 lempiras de presupuesto.
No obstante, la UPNFM muestra un presupuesto histórico que revela que en el 2012 el dinero apenas alcanzó los 343.8 millones de lempiras y para el 2022 la cifra fue de 613.6 millones de lempiras.
En el 2023 la cifra ascendió a 637.4 millones de lempiras. Las cantidades están muy por debajo a las establecidas en La Gaceta.
José Darío Cruz, vicerrector administrativo de esta universidad, es del criterio que una mirada a la transformación de la educación en los países de Asia, así como en los escandinavos, muestra cómo la formación de los profesores es determinada por el Estado, pero con los profesionales con los más altos perfiles.
El trabajo no se limita a formar buenos docentes, sino que cuenten con estímulos al momento de desempeñarse.
Sin embargo, eso no sucede en Honduras. “Para que los mejores se queden no hay estímulos, por eso terminan siendo otra cosa menos profesores”, criticó.
Ejemplificó que “aquí un profesor gana menos que un policía. Un policía gana 24 mil lempiras y un profesor, iniciando, gana 14,000 con una licenciatura y 36 horas de clase. En un país donde se privilegia pagarle más a un policía que a un profesor, realmente andamos mal”.
“En 2015- recordó- nosotros creíamos que el Estado nos iba a respaldar financieramente para el montaje de talleres, laboratorios, instalaciones dignas, con becas, para retener a los mejores de todo el país, para formar la nueva generación”.
No obstante, lamentó que una vez que las escuelas normales fueron cerradas y la formación de los nuevos docentes pasó a la UPNFM, no hubo un incremento del presupuesto.
De las seis normales que le pasaron a esta universidad se logró absorber 55 profesores, quienes cumplían los requisitos, tenían grado de maestrías y otras fortalezas, pero no es una cuestión solamente de profesores y sueldo.
“Si estamos dando la licenciatura en informática se necesitan laboratorios, ancho de banda, internet todas las condiciones para formar un buen profesor, caso contrario no estamos haciendo nada”, expresó.
Para el vicerrector, el material humano es importante, pero también está el respaldo en talleres. “Si vamos a formar profesores de ciencia básica, entonces necesitamos los laboratorios de física, química y biología”.
El respaldo financiero ofrecido por parte del gobierno anterior nunca llegó, por lo que “hemos estado costurando, haciendo como dicen en mi pueblo parchando en la formación docente, contratando profesores por hora y viendo de qué manera subsiste”.
“La universidad ha sostenido el proyecto desde el 2015, o sea desde hace ocho años, pero son más las deudas que tiene el Estado que los compromisos que ha cumplido con la Universidad Pedagógica”, agregó Cruz.
Aunque la Pedagógica, con sus pocos recursos, cada día aspira a formar nuevos profesores que vayan a transformar la realidad educativa; el problema es que sus egresados tardan demasiado tiempo en conseguir un empleo, entonces cuando ya les toca retribuir al Estado ya llegan desactualizados porque pasaron cinco o diez años.
“Nosotros esperamos cumplir con la misión que tenemos, formar los profesores con las más altas calificaciones técnicas, científicas y humanísticas que que necesite el sistema educativo nacional, esa es una misión, un compromiso que no lo podemos abandonar”, dijo el vicerrector.
Matrícula y graduados
Cuando se cerraron las normales, la matrícula creció en ciertas regionales de la UPNFM, aunque luego llegó un decrecimiento que está asociado a varios factores, entre ellos las oportunidades de empleo. Ahora muy pocos se atreven a estudiar una profesión en donde se tarda una media de diez años para poder conseguir trabajo.
De acuerdo con las estadísticas de la UPNFM, en el año 2012 hubo matrícula de 25,572 y para el año 2019 cayó 23,112.
La cifra viene en picada. Durante el 2020 -año de la pandemia- el número de ingresos descendió a 20,541 estudiantes y al 2022 el número se redujo a 15,432.
Para el primer trimestre del 2023- en los once centro regionales y el campus central- la cantidad subió a 15,917 y en el segundo trimestre la matrícula fue de 13,370 estudiantes.
Una de las mayores razones que llevó a la reducción de la matrícula a partir del 2020, como ha sucedido en todas las universidades de Honduras, fue la pandemia del covid-19 y la situación económica de los alumnos.
El desarrollo de las clases online generó una alta erogación en recargas electrónicas para habilitar el acceso a Internet y hacer uso de la plataforma de la UPNFM y otros medios electrónicos de conectividad; estos gastos no estaban programados por los estudiantes y sus padres, lo cual reduce la posibilidad de seguir estudiando.
También está la falta de asignación presupuestaria por parte de la Secretaría de Finanzas para los centros absorbidos bajo el proceso de transformación de la formación docente.
Debido a ello no fue posible la realización oportuna del proceso de admisión, afectándose la matrícula de primer ingreso. Igualmente, el no llamado a concurso para optar a las plazas educativas ha generado una desmotivación para el ingreso a la carrera docente.
Así como la ampliación en los años de jubilación de los docentes genera que el relevo de los docentes sea mayor y existan menos oportunidades para los egresados de la UPNFM.
Se suma está el impacto de la reducción en el presupuesto destinado a las becas, que disminuyó significativamente el apoyo a estudiantes de escasos recursos o estudiantes destacados, lo que vuelve menos atractiva el ingreso a la educación, entre otros factores.
De acuerdo con los expertos, la matrícula en la Pedagógica se hubiera incrementado con la apertura de todo tipo de carreras, pero solo abrió la licenciatura en educación para primer y segundo ciclo, que tenía como fin transformar el curriculum de la formación de los profesores a una licenciatura.
A pesar de las circunstancias económicas, la UPNFM en más de una década ha mantenido casi el mismo nivel de profesionales graduados. En el 2012 la Pedagógica graduó a 5,764, en el 2017 logró una graduación de 7,421 nuevos profesionales y en el 2019 alcanzó 6,243.
Para el 2020, año de pandemia, graduó a 4,764 profesores. En el 2021 la cifra alcanzó los 5,047 y en el 2022 le entregó a la sociedad 4,468 nuevos profesionales.
Para el doctor en educación, German Moncada, la Pedagógica ha cumplido su misión en la medida que las condiciones se lo han permitido.
Hay varios factores que condicionan que los resultados sean los óptimos, por ejemplo, el sistema educativo en su conjunto experimenta unas limitaciones que se reflejan en la formación de los docentes, por ejemplo, ha disminuido la matrícula, y eso lleva a que la cantidad de estudiantes que aspiran a estudiar la docencia sea menor.
La UPNFM ha hecho esfuerzos para mejorar la calidad, para que su planta de docentes tenga el nivel de doctorados y hay ofertas a nivel de postgrado para mejor la calidad.
Además, la universidad también está inmersa en el contexto de una crisis económica y del sistema educativo, sin desconocer también el tema de la pandemia, añadió Moncada.
Según el experto en educación, la UPNFM actualmente tiene menos estudiantes a pesar de que ha mejorado su oferta académica, la calidad, hay oportunidades de mayor acceso con más centros universitarios y se ofrecen carreras virtuales.
Igualmente se ha flexibilizado la oferta educativa al contar con programas a distancia (los fines de semana) y programas compensatorios para personas que se insertaron en el sistema educativo sin ser docentes.
De esta forma busca acomodarse a la realidad que el contexto le va imponiendo de responder a distintas necesidades y de diferentes maneras, pero al mismo tiempo no se puede olvidar el desafío de que “no tenemos tantos aspirantes”.
Aunque la universidad quiera estar en lo más alto de la formación de docentes hay condicionantes de tipo contextual: la cantidad de alumnos del sistema educativo se va a reduciendo por un tema demográfico y, por otro lado, por otro está el fenómeno del abandono de los estudiantes y los altos niveles de deserción.
Por otro extremo, está la selección de los mentores al entrar al sistema educativo. Muchas personas están ingresando sin las calificaciones que deberían tener y eso representa una competencia desleal con la universidad porque hay docentes que están preparados y otros que no.
Desvalorización de la profesión
Para el doctor Moncada, también pasa factura la reputación de la profesión que está seriamente lesionada, así que hay menos aspirantes.
El vicerrector administrativo también es del mismo criterio al considerar que la sociedad y el Estado no han dignificado al personal del magisterio como tal, a pesar de que es “el autor del momento más importante en la vida de todos nosotros. Nos enseñaron a leer y escribir, nos llenaron de conocimiento, nos cambiaron la vida. A los profesores siempre se le ha visto como adversarios o enemigos de cualquier reforma educativa”, lamentó.
Una gran parte de la falta de reconocimiento tiene que ver con la parte gremial, porque “los gremios y la dirigencia magisterial han sido uno de los factores fundamentales que más a profundizado la desvalorización de los profesores, porque han llegado a contubernios y negociaciones con los gobiernos sin tomarlos en cuenta”.
Otro caso se relaciona a una parte que estudió magisterio en los últimos 25 años, luego de la aprobación del Estatuto del Docente en 1997. Hallaron en la carrera una solución a sus problemas y olvidaron que ser profesor conlleva compromisos.
“De ahí que había profesores trabajando dos jornadas o sea 72 horas semanales y es mentira que un profesor que trabaja siete horas en la mañana, siete en la tarde entonces va a tener un gran rendimiento y va a impartir una enseñanza de calidad. Ahí entró en degradación todo lo que era el profesor, pero por la misma necesidad en que nos ha metido el sistema”, señaló Cruz.
A este deterioro, continuó exponiendo, se suma el tiempo que un profesor tarda en emplearse. “Ahí es donde nosotros tenemos que plantearnos si estamos formando profesores para el desempleo porque son carreras que ya están saturadas. Lo ideal es fortalecer las áreas que el país está demandando”.
Cae bien, entonces, la apertura de las nuevas carreras que la UPNFM está impulsando en automotriz y en aire acondicionado, pero con salida de dos años. “Son las famosas carreras cortas, o lo que es la formación terciaria no universitaria que le llamamos, los primeros dos años los vamos a formar para el empleo y si él quiere ser profesores tiene que hacer dos años más de estudio”, explicó el vicerrector.
Aseguró que estas carreras ya fueron aprobadas por Educación Superior y actualmente se están haciendo los ajustes técnicos, humanos y financieros para iniciar el próximo año, tanto en San Pedro Sula como en esta capital.