Cancha de Trojes se construyó en zona privada, mientras su estadio se cae a pedazos

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El olor a heces se siente al entrar, el lodo se pega en los zapatos como chicle mientras uno camina. Lo que debería ser un estadio, parece un potrero en ruinas, ante la falta de inversión por parte del Estado y la municipalidad.

El estadio Raúl Moncada, de Trojes, El Paraíso, es la casa del equipo de fútbol Hondupino, que está peleando el ascenso para la segunda división y es el que llena de orgullo a los “trojeños”.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó hasta este fronterizo municipio, ubicado a unos 170 kilómetros al este de Tegucigalpa, donde la poca diversión que tiene la gente es el fútbol.

Lo más lamentable es que el histórico estadio, a donde llegan equipos de toda Honduras y donde entrenan futbolistas de las ligas menores y femeninas, está completamente en ruinas.

Los muros perimetrales amenazan con caerse, el sistema de aguas negras está colapsado, no existe drenaje y la cancha parece un potrero lleno de lodo, debido al olvido crónico.

“Aquí el fútbol es fuerte, estamos saturados de partidos en todos los niveles, pero usted puede ver la cancha, todo está destruido y nadie nos ayuda”, dijo con miedo a represalias el secretario de la liga de varones de Trojes, Roberto Arias.

En estadio queda en la entrada del pueblo, a poco metros del centro y es concurrido por miles de personas de todas las aldeas, hasta de Nicaragua por la cercanía.

Lo increíble para los trojeños es que recientemente la Comisión Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Condepor), haya decidido construir una cancha multiusos, valorada en 5.14 millones de lempiras, en una zona exclusiva y privada.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó al pueblo, recorrió varias calles, algunos barrios y colonias, pero no encontraba la cancha. Es más, ni los lugareños sabían, hasta que se le consultó a los conductores de las mototaxis, ellos todo lo saben.

“Sí, compita, es la cancha que hicieron en la residencial, váyase por la calle del cuartel militar, derecho hasta el fondo, allí pregunte, porque es privado”, recomendó el ruletero.

Siguiendo las indicaciones se llegó a un enorme portón de Residencial Villanueva, que se identifica con las letras en grande R-V soldadas en cada puerta que abre bajo un bonito portal.

Un pequeño rótulo llamó atención del equipo periodístico: “Entrada general 10.00 Lps”. Este monto es cobrado por un guardia de seguridad y encargado del ornamento.

“¿Usted tiene terreno aquí?”, preguntó el celador muy amable, a quien el periodista le contestó que solo iban a ver la cancha y consultó si permitía el ingreso. El señor respondió que sí y que dejaran el vehículo hasta cierto punto.

El humilde hombre explicó que para poder ingresar a jugar a la cancha cada persona debe pagar diez lempiras, solo a los niños de las escuelas no les cobran.

La zona está dividida por lotes, todos están marcados y divididos con pequeñas placas de madera con letras y números como R-14 o N-6, con más números alrededor de la cancha.

La instalación deportiva está techada, con material de duela exterior en el suelo, pero no se ha entregado -según las autoridades de Condepor- y ya está deteriorada.

La cerca perimetral tiene daños, la marcación de la duela ya se está borrando, la abrazaderas de los tubos de los desagües están desprendidos y había bastante basura alrededor.

Frente a la instalación deportiva se construye una lujosa casa, desde donde los albañiles gritaban: “Allí es privado y esa cancha la hizo el gobierno”.

Cuando el equipo de periodistas salía de regreso, una vendedora de terrenos llegó al lugar. Ella explicó que la lotificadora es privada, ya que cada terreno cuesta entre 250,000 a 300,000 lempiras.

“Aquí es una colonia privada, lo que tengo entendido es que el dueño le dio ese pedazo de terreno a la alcaldía para que hicieran la cancha, pero mejor pregúntele a él”, dijo la la vendedora, dando la dirección del negocio dónde se podía encontrar.

El equipo de EL HERALDO Plus llegó hasta el negocio ubicado en el centro del pueblo, pero el dueño del terreno no estaba. Aunque proporcionaron su número de teléfono, no contestó las llamadas.

Nelson Moncada, alcalde de Trojes, explicó que el terreno donde se construyó la cancha fue donado por el ingeniero Corrales (no se brindó el nombre) a la alcaldía y se hizo un acuerdo para que la instalación fuera de uso público, así que debería cobrar para ingresar.

Explicó que en cada lotificación se debe dar un área verde de 10% a favor de la alcaldía, así que aprovecharon ese requisito para que el lote fuera utilizado para la cancha, con el acuerdo de dejar una calle de acceso libre.

Al indicarle que está alejado del pueblo, reconoció que sí, pues se tratan de colonias nuevas aledañas al centro.

Sobre por qué no se solicitó mejorar el estadio, el jefe edilicio refirió lo siguiente: “Mire que esa canchita la aprobaron directamente así, cancha, y en lo que es del gobierno central ya uno no influye como alcalde”.

¿Ya iba aprobado así, no les dijeron qué es lo que necesitaban en sí?, consultó EL HERALDO Plus. “El proyecto así venía, o conseguíamos el terreno o se perdía el proyecto, así de fácil”, respondió.

¿Pero ustedes no les propusieron mejorar el estadio, que está destruido? “La vedad de las cosas que sí se les dijo, pero ellos venían obsesionados en esa cancha”, aseguró.

El jefe edilicio justificó que el problema de Trojes es que se trata de un municipio joven, con apenas 35 años de creación -el 1 de septiembre de 1987-, pero a esa fecha ya todas las propiedad ejidales eran privadas.

Carlos Carbajal, jefe de infraestructura de Condepor, declaró a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus que sí hay una lotificación privada donde se construyó la cancha en Trojes, pero a la par.

Además, se hizo un convenio con la alcaldía para que la cancha quedara para la población. En el acuerdo quedó estipulado que ese lote perteneciera a la alcaldía, así que la municipalidad debe vigilar en caso de aplicar un cobro.

Sobre por qué no se hizo la inversión en el estadio, indicó que no se llegó a un acuerdo con la alcaldía, ya que ellos pidieron la cancha multiusos, aunque sí preguntaron si les podía ayudar con reparaciones.

“La respuesta fue que el otro año vamos a ver en qué les podemos ayudar, si les mejoramos la luz o les ponemos la sintética”, afirmó el funcionario, ya que al final Condepor decidirá cómo intervenir.