A 350 lempiras venden la insulina en el Instituto del Diabético

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- -Buenos días, vengo a reclamar una insulina.

-Enseñe la receta- demandó uno de los dos guardias que controla el ingreso al Instituto Nacional del Diabético (Inadi), en el bulevar Los Próceres de Tegucigalpa.

-Esta insulina desde el año pasado se acabó, no hay, ni sabemos cuándo vendrá, pero si anda dinero adentro la venden, venga, lo voy a acompañar- ofreció el señor muy amable.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó hasta esta institución pública especializada en atender a los pacientes con problemas de diabetes.

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La receta pertenecía a una señora que ya no puede estar comprando la insulina para poder sobrevivir y que, sorprendida, lamentó que adentro del Inadi la puedan comprar solo los que tienen un poco de dinero.

“Mire que en la farmacia del Instituto del Diabético nunca hay insulina, pero bien que se la venden a uno ahí mismo a 350 lempiras, y uno no tiene dinero para pagarla”, declaró la paciente.

A eso de las 9:40 de la mañana, el equipo de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus ya estaba frente a la ventanilla donde venden el preciado medicamento, guiado por el guardia.

Una vez que se fue el celador, el periodista infiltrado se fue a la farmacia donde había una pequeña cola, un señor con una sudadera de Brasil esperaba impaciente.

Solo estuvo unos minutos frente a la dependienta y, luego, se marchó con el semblante derrotado, perdiéndose entre los demás pacientes.

El turno del periodista llegó.-Buenos días, mire que vengo a reclamar este medicamentos.-Insulina hace como cinco meses que no hay, desde el año pasado estamos esperando.-

¿Sabe cuándo van a traer?

Porque es muy cara.

-Estamos esperando a ver si a finales de febrero, pero un montón de gente está esperando, porque no hay en ningún lado, pero al fondo la venden- expresó la joven dependiente.

Con la receta en la mano, el periodista se dirigió a la oficina donde funciona la Asociación Nacional del Diabético de Honduras (Anadih), que queda a un costado de la farmacia, en un pasillo del fondo.

-Buenos días, aquí es donde venden insulina- preguntó de forma paciente el reportero a dos jovencitas que dialogaban entre ellas.Afuera había un banner con el nombre de Asociación Nacional de Diabéticos de Honduras.

Adentro, las dos jovencitas delgadas de unos 20 a 25 años, que no aparentan ser doctoras, buscaban el medicamento.

-Ahorita se me acaba de terminar el primer lote -expresó una de ellas-, pero si usted me espera unos diez minutos ya se la traigo, abriendo una pequeña baranda de madera que evita el ingreso de extraños a la oficina, mientras la otra muchacha quedaba al cuidado.

Una pequeña cola se comenzó a formar en la ventanilla con pacientes convalecientes, otros llegaban a preguntar y cuando le decían que debían pagar 350 lempiras, con pena se daban la vuelta y se regresaban.

Una joven que se sumó a la fila preguntó por qué estaba a 350 lempiras si la última vez que su suegra la compró valía 300 lempiras.

“La insulina está a 350, pero ahorita la andan trayendo, se va a tener que esperar, y ese es el precio que la tenemos, el problema es que aquí no hay ni en ninguna droguería”, explicó la jovencita de la oficina a la mujer.

Dijo que ellos la están consiguiendo para atender a los pacientes, pero es la misma insulina, lo único que cambia es el nombre de la farmacéutica.

Mientras que la mujer que preguntó cuánto valía, llamó a su suegra por celular:

“Mire, que dicen que vale 350 lempiras y solo me dio 300, yo solo ando con el pasaje del bus, no sé cómo hacer”.

A los minutos, el señor con la sudadera de Brasil que antes hacía fila en la farmacia llegó a preguntar:

¿Aquí venden la insulina?

-Sí, a 350 lempiras cada frasco- le contestó una señora.El hombre mayor arrugó una bolsita que andaba en la mano, dijo gracias y nuevamente se dio la media vuelta con la mirada perdida entre la gente.

“Me quedé tres días sin insulina porque estaba bien mal, no podía mover los pies y como pude me vine porque a uno le puede dar un paro (infarto) si se le sube el azúcar y no le baja”, expresó la señora.

A las minutos, la jovencita que se fue a buscar el medicamento regresó con una bolsita blanca en la mano y le avisó a su compañera:

“Traje 20 frascos”.

-¿Quién es el primero de la fila?- cuestionó la muchacha.-Él vino primero- expresó la señora señalando al periodista de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.

-Atiéndala a ella primero, no hay problema- contestó el periodista.

-Me puede vender dos, mire que así no estoy viniendo- solicitó la señora.

-¿A nombre de quién?- dijo la dependienta.

-Ivania Rodríguez- contestó la señora, mientras sacaba los 700 lempiras, que los andaba enrollados en su monedero, bien guardados porque de ello depende su vida.

Luego, la dependiente solicitó la receta al periodista de EL HERALDO Plus, le hizo una factura por 350 lempiras y le dijo que siempre iban a estar trayendo el medicamento.

Otra señora que se iba uniendo a la fila preguntó si allí es donde estaban vendiendo la insulina, ya que habían andado por todas las farmacias de la capital y no hallaba la que le recetaron.

“En todas las farmacias me dicen que solo tienen Humulim 70/30 y vale 900 lempiras, pero no la compré porque no es la misma y me dijeron unas personas que aquí adentro la vendían”, relató.

“Es mucho dinero, yo la iba a comprar con el dinerito que me dieron mis hijos, porque aquí nunca hay, uno se puede morir”, dijo mientras se colocaba de última en la fila.

Cuando el equipo periodístico de EL HERALDO Plus iba de salida, se encontró al señor de la sudadera de Brasil.

-¿Qué pasó, maestro, que se vino, no pudo comprar la insulina?

-No, papa, solo ando cien pesos (lempiras) y vengo desde Lepaterique, no me ajusta y tengo que pagar el pasaje del bus.

-¿Y cómo va a hacer?

-Yo hago licuados de chilca, es una planta que cuando uno se la toma parece droga, lo levanta a uno, pero con la fe puesta en Dios uno se cura.

El señor, llamado Miguel, contó que todos los meses va a consulta, pero a nada, porque nunca hay insulina, más bien está pensando en ir a vender botes de chilca a 50 lempiras al Inadi.

Otra paciente expresó que ella estaba tomando té de hojas de guayabo porque no podía pagar 350 lempiras.

“¿Cómo es posible que adentro del hospital estén haciendo negocio, vendiendo la medicina, por qué ellos sí tienen y la farmacia no?”, se cuestionó con mucha razón.Indignada, la señora expresó que “si aquí viniera un medio de comunicación los denuncio, porque es una humillación para los que no podemos comprarla (la insulina)”.

Los pacientes entrevistados por la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus explicaron que un frasco de insulina solo es para quince días.

En ese sentido, les toca gasta 700 lempiras mensuales, pero muchas veces prefieren no comprar, no porque no la necesitan, sino porque no tienen los recursos.

El director del Hospital San Felipe, Carlos Murillo, expresó que demandan del Inadi unos 8,000 frascos a la semana y ellos no pueden cubrir eso, ya que ese centro está a cargo de la institución.

El titular de la Secretaría de Salud, José Manuel Matheu, declaró que ya lo ha explicado muchas veces: hay escasez de insulina a nivel mundial y Honduras no se ha podido abastecer.

“Ya lo hemos explicado múltiples veces respecto a la insulina, hay escasez mundial de ella, inclusive en Alemania, cerquita de Dinamarca, donde la fabrican, no hay”, insistió el funcionario.

No obstante, aseguró que se compraron a través del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (Comisca) 720,000 frascos para todo el año, para todo el país, según lo programado con base en las necesidades.

La semana anterior entregaron los primeros 30,000 frascos de los 60,000 que se estarán recibiendo mensualmente por este mismo mecanismo durante todo el año, anunció el funcionario.

Matheu justificó que hay un contrato firmado con Comisca y ellos estarán entregando hasta ahora, por eso semanalmente se ha estado comprando a nivel local lo que se ha ido requiriendo en cada hospital.

Las autoridades del Instituto Nacional del Diabético (Inadi) informaron en un comunicado que la venta de insulina adentro de sus instalaciones es responsabilidad de la Asociación Nacional de Pacientes Diabéticos de Honduras (Anadih).

El comunicado se emitió luego que la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus le consultara a las autoridades del Inadi por qué se permitía la venta de un medicamento dentro de una institución pública.

Personal del Inadi, que no quiso dar declaraciones de forma oficial, señaló que la Anadih vende el medicamento, lo cual es una muestra que no ayudan al paciente, porque cobran por toda actividad o servicio.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus intentó dialogar en dos ocasiones con la directora de la Anadih, pero la recepcionista dijo que la orden fuera que pidiera el número y nombre del periodista, que ella iba a devolver la llamada, pero al cierre de esta edición nadie se comunicó para dar una explicación.